El deporte y todas las actividades físicas son un factor
importante a considerar cuando buscamos tener una buena salud, de manera puntual
y a lo largo de la vida. En la actualidad,
es muy común ver a personas sufrir por problemas físicos, muchos evitables, como la obesidad, y
también mentales, como la depresión. Todo sería muy diferente si fuéramos menos
"perezosos" o si dejáramos un poco de tiempo para practicar una actividad física.
Avalado por estudios científicos (son tantos que sería imposible listarlos; la
evidencia es efectivamente sólida) y ya aceptado como una realidad, el deporte
realizado de manera regular realmente puede cambiar nuestro cuerpo y nuestra
mente para tener una vida mejor, y no hay límite de edad para comenzar a ayudar
a nuestro y mente en este sentido. Los beneficios son tales, que no hay excusas
para no realizar actividad física.
En cuanto a nuestro físico, para partir el deporte nos puede
ayudar a mejorar el funcionamiento de nuestro sistema cardio-respiratorio. Nuestro
corazón se fortalece, se muscula y se libera de grasas no deseadas, por lo que
su funcionamiento va tornando al óptimo. El deporte es el único medio para lograr
estos tres
beneficios; los medicamentos nos podrían dar sólo uno o dos y no con el mismo
alcance. Al funcionar bien
el corazón, la sangre fluye con mayor eficiencia, incluso en las arterias
coronarias, lo que previene de muchos males. Está comprobado que las personas
activas tienen riegos mucho más bajos de morir por enfermedades
cardiovasculares. El deporte previene de la hipertensión arterial y mejora
considerablemente la tensión arterial de las personas hipertensas. Tendremos
menos triglicéridos y mejorará nuestro colesterol bueno. Además, se fortalecen
los músculos que permiten el funcionamiento de nuestros pulmones haciendo que la
respiración sea más eficiente y que nuestros pulmones tengan más capacidad y
estén limpios.
Como dato, te cuento que al tener una mejor capacidad
pulmonar, incluso puede aumentar nuestra capacidad intelectual, debido a una
mejor oxigenación del cerebro, lo que también ha sido comprobado en diversos
estudios - hay un mejor rendimiento del intelecto si incluimos en nuestra rutina
diaria el ejercicio regular.
Otros elementos beneficiados por el deporte son nuestros huesos. Ellos responden al
aumento de musculatura, fortaleciéndose y engrosándose (incluso con actividad
antes considerada sólo con beneficios aeróbicos, como el trote, actualmente se
ha demostrado que por medio de microfracturas provocadas por el impacto, se van
fortaleciendo también los huesos, siempre y cuando, claro, tengamos el reposo
necesario tras la actividad). Con huesos más fuertes,
se evitan caídas con consecuencias graves y se retrasa considerablemente la
aparición de la osteoporosis, incluso la puede evitar. Nuestras articulaciones
también se benefician. Cuando la actividad física es moderada en intensidad, las
articulaciones se mantienen fuertes y disminuye el riesgo de artrosis. En cuanto
a nuestros músculos, mejoran su fuerza y resistencia y permiten que nuestro
cuerpo se vea mejor.
Otros beneficios físicos incluyen una mejor regulación de
glucemia, una mejor digestión y tránsito intestinal, menor riesgo de cáncer de
colon y mejor utilización de grasa corporal y control de peso, entre otros.
Si sólo los beneficios físicos señalan claramente las
ventajas de la actividad física, aún más entonces los beneficios mentales. Al
practicar deporte (ojalá no antes de ir a dormir, ya que podría sobreexcitarnos
lo que puede llevar a dificultades para conciliar el sueño, a no ser que sea una
actividad muy suave), mejoramos la calidad del sueño y, por lo tanto,
nuestra mente está más clara para poder desenvolvernos en otras actividades del
día a día. Al sentirnos mejor con nuestra imagen, mejora nuestra capacidad de
relacionarnos con los demás.
El beneficio mental más destacable, también demostrado, es la
capacidad del deporte practicado con regularidad de permitir manejar con éxito
el estrés; tanto por la verdadera "descarga" de energía que resulta de la
actividad, como los cambios a nivel químico que se inducen en el cerebro, como
el aumento en la secreción de endorfinas, que entregan sensaciones placenteras y
de tranquilidad. Somos más entusiastas y menos dados al desánimo y la depresión.
Fortalecemos nuestro carácter y nuestra capacidad para tomar decisiones y por lo
tanto, nos ayuda a ser más independientes.
Los beneficios mentales que entrega la actividad física
regular no es nada nuevo ni revolucionario; los antiguos "yoguis" (practicantes
del yoga) de la india hace muchos siglos que incluyeron la práctica sistemática
de la actividad física como un ingrediente y gran ayuda para el desarrollo
mental, e incluso espiritual. En este sentido descubrieron y exploraron además
los efectos de la respiración junto con el movimiento, y llevaron esta
exploración a niveles realmente asombrosos. En este sentido cabe mencionar que
prácticas psicofísicas como el yoga o el pilates, son muy recomendables como
actividad física, o complemento de algún otro deporte que se practique.
El deporte, sin duda, es fundamental en nuestra vida.
Mejoramos como personas y mejora nuestra relación con el resto. Aún cuando
nuestra actividad física sea moderada (estudios han demostrado que la actividad
regular, aunque sea breve, tiene efectos mesurables), nuestra vida se alarga, pero lo más
importante es que mejora la forma en que la vivimos.