La respuesta puede implicar que existen muchos factores que
participan en la regeneración de las partes del cuerpo pero sería bueno que
entendamos lo que quiere decir el término regeneración: viene del latín
“regenerāre” que traduciríamos literalmente como “volver a procrear” y que
entendemos que es volver algo a su estado original. La regeneración de tejidos o
regeneración biológica no es exactamente un “volver a su estado original” pero
se acerca mucho a ello. Puede darse cuatro niveles básicamente: celular,
tejidos, órganos y seres completos.
A nivel celular podríamos decir que es lo
que ocurre cuando parte de una célula se daña y la misma célula lo repara por sí
misma, como cuando la célula pierde agua porque el medio está muy seco y en
cuanto las condiciones le permiten “hidratarse” vuelve a su estado original, a
esto se le llama “equilibrio homeostático”; sin embargo se puede entender que se
trata también del caso en que una célula muere y es remplazada por otra. En
cuanto a la regeneración de tejidos podemos poner el ejemplo de la piel o los
huesos, supongamos que en un accidente nos cortamos la piel o nos quebramos un
hueso, entonces empieza a crecer tejido que permite reparar el daño. Esto no es
una regeneración perfecta porque queda una cicatriz que está formada por el
tejido nuevo y por tal motivo se le llama “tejido cicatrizante”.
En cuanto a la
regeneración de órganos o de seres completos la cosa es un poco más difícil,
sobre todo en el reino animal; algunos animales pueden regenerar órganos
completos como las lagartijas que regeneran una vez la cola que se ha
desprendido para distraer a los depredadores, aunque no llega a regenerar los
huesos, otros reptiles y anfibios pueden regenerar la retina, la córnea, patas,
algunos caparazones de tortugas y todo con ciertas limitaciones, también alguna
variedad de pez tiene alguna de esas capacidades; algunos miembros del grupo de
los gusanos planos y la hidra pueden regenerar el cuerpo completa a partir de
unas pocas muestras de tejidos.
Con los mamíferos las limitaciones son muy
importantes, por ejemplo no pueden regenerar ni el tejido muscular ni el
nervioso, pueden regenerar la piel, en parte los huesos, hasta el sesenta u
ochenta por ciento del hígado, las mucosas, el cabello, las uñas y la sangre.
Existen tres mecanismos básicos propuestos para ello: las células madre o epimorfismo, la morfalaxis y la regeneración compensatoria. En el primer caso
debemos decir que existe un tejido llamado blastema que no comparte las
características de ningún otro tejido y que puede transformarse en otros
tejidos, es el tejido que se forma en las primeras etapas de vida y que da
origen a los demás, en específico cuando el embrión de los mamíferos es llamado
blástula, de allí el nombre de células madre o blastema.
En el segundo mecanismo
células de los tejidos ya existentes empiezan a adquirir características del
blastema, es decir que empiezan a parecerse a células madre y a partir de aquí a
regenerar tejidos y órganos. El tercer mecanismo es similar al segundo pero
simplemente las células de cada tejido empiezan a reproducirse sin llegar a
parecerse a las células madre.
Sin embargo no se ha podido determinar el porqué
los animales perdieron la capacidad que tienen, por ejemplo, las plantas de
regenerarse, con sus limitaciones, pero se regeneran mucho mejor que los
animales. Unos sospechan que hay una relación entre el grado de especialización
de los tejidos y la pérdida de la capacidad de regenerarse, es decir, que entre
más especializados son las funciones de los tejidos más difícil es regenerarlos.
También se ha sugerido que la capacidad de regeneración se perdió en algún
momento de la evolución de los animales sin embargo la evidencia científica que
apoye esta idea resulta algo endeble.
Se ha explorado también la sugerencia de
existe relación entre la reproducción sexual y la no regeneración de tejidos,
nuevamente la evidencia resulta endeble. Volviendo a la evolución misma se ha
propuesto que si bien hay un costo al perder un órgano y mantenerse vivo sin él
puede resultar más costoso el regenerarlo, desde ese punto de vista la primera
propuesta parece tener más sentido aún y también explica el por qué existe un
mecanismo genético específico que impide la regeneración de tejidos como el
muscular o el nervioso.
Es muy curioso este hecho y las líneas de investigación
son muy prometedoras porque en sí lo que dicen es que no es una cualidad perdida
sino una inhibida, la evidencia apunta en esa dirección, debido a que es mucho
más difícil regenerar el órgano que vivir sin él. Si el mecanismo para regenerar
partes del cuerpo es descifrado
adecuadamente en el futuro podría llevar a la obtención órganos y miembros de
manera artificial y permitir que personas amputadas o con males como la
distrofia muscular puedan encontrar una cura.