El aceite de Emú es un producto de uso farmacéutico y
cosmetológico derivado de un ave llamada Emú. Entre sus usos más comunes está el
de analgésico, antinflamatorio, así como también, se utiliza como humectante y
regenerador de la piel.
Este aceite, proveniente de Australia, ha sido utilizado
desde hace miles de años por los aborígenes de dicho continente, y gracias a sus
excelentes propiedades se ha vuelto conocido y utilizado en todo el mundo.
El aceite de Emú, se utiliza hoy como un producto estimulador
de las células nuevas, permitiendo la nutrición y regeneración de todo tipo de
piel. Además, como ya se mencionó, tiene efectos analgésicos, aliviando dolores
musculares, reumáticos y los derivados de heridas. Gracias a sus efectos
antinflamatorios, el aceite de Emú, acelera la recuperación y cicatrización de
quemaduras y cicatrices provocadas por diversos traumas.
Todas estas propiedades pueden encontrar su origen en la
similitud de este aceite con el aceite humano, por lo que posee un porcentaje
bastante alto de ácidos grasos esenciales, permitiéndole una penetración mucho
mayor que otros productos. Gracias a esta característica, el aceite de Emú
resulta muy beneficioso para el tratamiento tanto de arrugas provocadas por el
sol o la edad, como de estrías propias del embarazo los cambios de peso.
Entre otros beneficios, el aceite de Emú, es capaz de
humectar pieles muy secas y desgastadas, sin correr el peligro de riesgosos
efectos secundarios que ciertos productos químicos pudieran provocar. De este
modo, se comporta como un aceite hipoalergénico, apto para todo tipo de piel,
incluso las más sensibles, permitiendo su uso en el tratamiento de enfermedades
tales como la Psoriasis, Eczema y la Ictiosis.
Como se ve, las propiedades beneficiosas del aceite de Emú
son muchas y sirven para una amplia gama de usos, por lo que no resulta
sorprendente que este producto se esté abriendo un acelerado espacio en el
mercado cosmetológico y farmacéutico de países de todas partes del mundo.