En español el término equivalente es “acoso escolar”. En
inglés la palabra se deriva de “bull” que significa literalmente “toro”, pero
que entre otros usos también equivale a “grandote” o “matón” y de allí que
“bully” signifique entre otras cosas matonear o acosar. Aunque la construcción
“bullying” es de uso más reciente, no encuentro artículos más antiguos de 10
años con el término, se trata de un fenómeno viejo en el ámbito escolar.
Siempre
se le ha visto como parte de la “violencia escolar” pero como fenómeno
independiente los estudios no van más allá de unos 15 o tal vez 20 años. Todos
recordamos esas películas ambientadas en las escuelas donde hay un niño grande
que intimida a los más pequeños y como los padres consideran parte del
aprendizaje el aprender a lidiar con tales individuos. En lo personal no
recuerdo más que una ocasión el tener que hacer frente a compañeros de ese tipo,
recuerdo que yo me unía a los grupos de los “grandes” no solo por el hecho de
que mi estatura era bastante superior al promedio de mi época, si no más bien
porque a pesar de tener un carácter algo solitario me gustaba ayudarles a
estudiar y aprendí que te dabas a “respetar” también de esa manera, por decirlo
no solo impresionaba por mi estatura si no por lo que sabía.
Se me viene a la memoria
esa vez (cuando estaba en el segundo grado de la primaria) en que un
“compañero” quiso pasarse de listo y no recuerdo como lo resolví (nada violento
eso sí), pero mi hermano (que estaba en primer grado) se enteró del incidente y
esperó un descuido del otro chico (creo que estaba dos grados por encima del
mío) y le propinó un fuerte empujón (esto sólo como anécdota de lo ocurrido y no
como un ejemplo). Todavía me da
risa el revuelo que se nos armó por lo impulsivo de su carácter, aunque en su
momento no fue tan gracioso y de esa manera él adquirió mucha fama de ser un
compañero muy fiel, y un gran hermano para mí.
Los estudios se restringieron a casos como el que mencioné
pero se fueron ampliando en la medida que se encontró que era un fenómeno más
complejo. Para simplificar un poco debe existir un agresor (que puede ser una
persona o un grupo de personas) y una víctima (que también puede ser una persona
o varias). La dinámica que tome el agresor define los tipos de “bullying” y se
pueden clasificar en físico, verbal, psicológico o cibernético. En ocasiones,
este tipo de abusos puede llegar a dramáticas consecuencias y daños a las
víctimas, por lo que es necesario contactar cuanto antes a los encargados
correspondientes en los centros educacionales cuando se detecten estos casos de
acoso; asimismo muchas veces no basta con un llamado de atención a los
agresores, y es necesaria la intervención de especialistas en el tema.
Ya hemos mostrado ejemplos del acoso físico, que se
caracteriza por amenazar la integridad del cuerpo de la persona y que si bien el
caso clásico es el del matón puede darse por medio de pandillas. Del verbal es
típico el prohibir la participación en juegos o grupos y que también es llamado
“bloqueo social”. Incluye los insultos que minan la imagen del niño con respecto
a los demás (manipulación social) y con respecto a sí mismo, que a su ves ya
caen dentro del acoso psicológico.
Siguiendo con éste último todos los tipos de acoso o
“bullying” tienen su parte lacerante en la personalidad de la víctima y solo un
análisis profundo de la misma nos puede decir hasta donde se ve afectado un
niño, sin embargo simples actitudes como una mirada o un gesto pueden ser
considerados ya una forma psicológica de represión y por tanto también son de
las más difíciles de demostrar.
El acoso cibernético resulta la forma más novedosa en que se
puede aplicar tanto el acoso psicológico como el verbal pues utiliza el correo
electrónico, la mensajería, llamadas al celular o cualquier otro medio
tecnológico. Como una nota aclaratoria esta no es la clasificación más gustada
por los entendidos, pero resulta la más simple de todas y por ello la he
preferido con el inconveniente de que el acoso físico y el verbal tienen también
sus elementos psicológicos y el cibernético tiene elementos de los demás.
El acoso escolar luego se convierte en simplemente acoso pues
los mismos tipos de agresiones son utilizados luego por adultos y los estudios
que originalmente eran independientes demostraron tales coincidencias que unos y
otros son usados como referencia hoy día tanto para educadores como para las
autoridades y especialistas que se convierten en una herramienta valiosa de
diagnóstico y prevención del bullying.