Es un fenómeno que se presenta en los objetos pequeños y
también en
aquellos que se encuentran muy cerca del Sol. Para entenderlo vamos tenemos que
recordar un poco la dinámica del calor. Si durante el medio día colocamos una
mesa al sol notaremos al cabo de unos minutos, con toda lógica, que la parte
superior de la mesa está más caliente que la parte inferior que queda a la
sombra; luego de que ha anochecido notaremos que la mesa permanece caliente
varias horas hasta enfriarse, esto ocurre porque el calor acumulado durante el
día va perdiéndose poco a poco por medio de la radiación infrarroja y por
contacto con el aire (que suele enfriarse más rápido).
Algo similar ocurre con
los asteroides y meteoritos que giran alrededor del Sol, su lado expuesto a la
luz estrella está sensiblemente más caliente que el que está a “oscuras”.
Supongamos ahora que el meteorito gira y su eje de rotación está perpendicular
al plano de su órbita, para aplicar un ejemplo sencillo; además hay otro detalle
importante, vamos a suponer que el Sol “sale” por el horizonte que está al
frente del movimiento de traslación del meteorito y se oculta, obviamente, por
el horizonte que queda hacia atrás del mismo movimiento. Esto hará que la parte
más caliente del meteorito sea la que está en el “atardecer” pues es la que más
tiempo ha estado expuesta a la luz y la más fría en el amanecer. Por tanto mucha
radiación infrarroja, con una alta cantidad de movimiento inercial, que hoy día
es llamada “inercia térmica”, entonces veremos que existe una aceleración debido
a ello. Esto funciona de manera semejante a la inercia de un cohete, pero en
lugar de lanzar gases calientes lo que lanza son fotones.
Si la parte caliente
queda en la parte de atrás del movimiento entonces el meteorito gana cierta
cantidad de velocidad y la órbita se modifica con la tendencia de alejarse del
Sol. Si ocurriera lo contrario, que el atardecer estuviera en el frente del
movimiento de traslación entonces el meteorito se frenaría con la tendencia a
“caer” hacia el Sol, sería como si el cohete se colocara al frente de una nave
espacial para frenarla. A esto se le conoce como el efecto Yarkovsky “diurno”
pues existe la posibilidad que el eje de rotación no esté perfectamente
vertical, sino que esté ligeramente inclinado como en el caso de la Tierra (cosa
que genera las estaciones del año terrestre) o muy inclinado. Lo que ocurrirá es
que dependiendo del lugar de la órbita durante unos meses un polo del meteorito
está más iluminado que el otro y entonces se calentará más y tendrá una inercia
térmica mayor, lo que podría hacer que la órbita “suba” por encima de su plano
origina o “baje” según sea el caso. A este caso se le llama el efecto Yarkovsky
“estacional” pues depende de la "estación" del año relativa al asteroide.
Por último diré
que el efecto fue descubierto por Ivan Osipovich Yarkovsky que era un ingeniero
ruso aficionado a resolver problemas matemáticos y vivió a principios del siglo
XX. Como el fenómeno afecta más a objetos pequeños que a objetos grandes nunca
se había observado y no pasaba de una curiosidad hasta que el astrónomo estonio
Ernt Öpik (en los años ochenta del siglo pasado) se empeñó en demostrar que no
era una curiosidad y que tal efecto podía explicar el porqué algunos asteroides
se desviaban de sus órbitas. Experimentalmente hablando, hasta hace poco no
existían instrumentos que corroboraran tales afirmaciones pero actualmente se
han diseñado varios satélites que tienen tal capacidad y los datos que se han
obtenido parecen confirmarlas.