El Kremlin, ubicado en la ciudad de Moscú en Rusia, es el
conjunto arquitectónico más importante de dicha ciudad y es el resultado de las
actividades de muchas generaciones. Se da inicio a su construcción en el año
1339 cuando el Príncipe Daniel de Moscú mandó a construir en piedra las iglesias
que habían sido construidas originalmente en madera en el año 1156.
El término “Kremlin” proviene de la palabra rusa “Kremnik”
que puede traducirse al español como “fortaleza”. Sin embargo, no existe un
consenso en torno al significado del nombre de este majestuoso conjunto
arquitectónico, ya que otro grupo de historiadores creen que su nombre proviene
de las palabras “Krom” o “Kroma” que se entienden como “límite”, explicando así
la ubicación de ciudad, la que se encontraba en la periferia de las tierras de
dominio de Vladimir.
Hoy en día, y luego de construcciones realizadas por muchas
generaciones, el Kremlin cuenta con más de 27 hectáreas, en las que es posible
ver parte de la historia y los hechos acontecidos durante cada siglo. Por
ejemplo, una huella clara del siglo XVII, resulta de la guerra contra los
suecos, ya que las murallas del Kremlin fueron el lugar escogido para la
construcción de bastiones y fosos.
A lo largo de su historia el Kremlin fue también la morada de
Zares y Príncipes. No obstante, el Kremlin ha sufrido varios golpes debido a las
guerras y revoluciones. Producto de esto se han derrumbado muchos de sus
hermosos edificios.
La mayoría de los edificios que han logrado mantenerse en pie
durante la historia conservan en su interior increíbles piezas artísticas, así
como también pinturas y murales con motivos religiosos que resultan
impresionantes. Dentro de uno de sus más famosos edificios, La Armería, el
Kremlin ha permitido guardar todas las riquezas y lujos de los zares, pudiendo
encontrar ahí sus impactantes joyas, las coronas, sus tronos, carruajes y todos
aquellos artículos que caracterizan la pomposidad de estos personajes.