El pie de atleta o tiña podal es una infección en los pies
provocada por hongos. El cuerpo humano se encuentra poblado de una gran variedad
de bacterias y hongos. Un cierto tipo de estos puede multiplicarse rápidamente
cuando se encuentra en las condiciones adecuadas y causar infecciones, lo que
provoca el pie de atleta, por lo general, entre los dedos de los pies o en las
manos. Dentro de las infecciones micóticas, ésta es la más común.
Aquellas personas que usan zapatos cerrados, especialmente
recubiertos con plástico, mantienen los pies húmedos durante períodos
prolongados, padecen de sudoración abundante o desarrollan una lesión menor en
las uñas o en la piel; son más proclives a contraer el pie de atleta. Este hongo
es contagioso y puede ser transmitido por contacto directo o por medio de
artículos como los zapatos, calcetines y superficies de piscinas y duchas.
El pie de atleta se presenta como una zona enrojecida y que
produce picazón. Su síntoma más común es el despellejamiento entre los dedos de
los pies y se puede tener la sensación de quemadura o picazón. En algunos casos,
se generan ampollas o costras y, también puede supurar. Estos síntomas pueden
presentarse, a su vez, en talones, palmas de las manos y entre los dedos de las
manos. En el caso del que el hongo llegue hasta las uñas, éstas se decolorarán,
engrosarán, e incluso, se desmoronarán.
Para detener su desarrollo se pueden aplicar distintos
medicamentos antimicóticos, ya sean en polvo o en crema. Una vez que las
evidencias del pie de atleta han desaparecido es importante continuar con el
medicamento entre 1 y 2 semanas más, de esta manera se evita que reaparezca.
Existen ciertas claves para prevenir su aparición, entre las
que están: mantener los pies limpios y secos, especialmente entre los dedos;
lavar bien los pies con jabón y agua y secar el área completamente y con mucho
cuidado, al menos dos veces al día; y usar medias limpias de algodón y
cambiarlas, al igual que los zapatos, lo más frecuentemente posible para
mantener los pies secos.
Si bien el pie de atleta es un mal frecuente y que no implica
gravedad, si no se le trata a tiempo y como es debido, se corren riesgos de que
la situación se complique y sea necesario recurrir a un médico para que recete
antimicóticos más fuertes. En el caso de que la persona padezca de diabetes, es
fundamental consultar al doctor.