La arcilla es un material natural que está constituido por
minerales en forma de granos. Puede ser un material muy moldeable al ser
combinado con agua, por se le puede dar cualquier forma y luego, se endurece al
secar o al ser sometida al calor. Por esas propiedades, la arcilla es
ampliamente utilizada para realizar objetos cerámicos; de hecho, fue la primera
cerámica realizada por el hombre y hasta hoy, uno de los materiales más
utilizados.
La arcilla se habría formado a partir del desgaste de las
rocas, especialmente las compuestas por silicato y feldespato, sumando factores
como presión tectónica, sismos, erosión, etc. Se considera físicamente como un
coloide, por su composición de partículas tan pequeñas y de superficie lisa. Se
puede encontrar en diversas coloraciones debido a impurezas minerales, pero es
blanca en su estado puro.
Las arcillas se pueden clasificar en primarias y secundarias,
según cómo se encuentran en la naturaleza. Las arcillas primarias son las que se
encuentran en el mismo lugar en donde se formaron, es decir, no han sido
transportadas por el agua o el viento. La única arcilla primaria conocida es el
caolín, que tiene un grano más grueso y es menos plástico y en estado puro es
casi blanco. El otro grupo es el de las arcillas secundarias, que son las que
han sido transportadas del lugar en que se originaron. El agua es el elemento
más común que las ha transportado; también el viento y los glaciares lo han
hecho. Estos tipos de arcillas son mucho más comunes y se componen de más
elementos como mica, hierro, cuarzo y otros minerales procedentes de diferentes
fuentes.
Las arcillas tienen propiedades que las han hecho muy útiles
para el uso humano desde la antigüedad. Una de sus características más
importantes es su plasticidad, que es diferente en cada tipo de arcilla. Se
produce cuando se agrega una cantidad de agua determinada, con la que se hace
moldeable para adquirir casi cualquier forma. También, es característico en la
arcilla que al evaporarse el agua en el proceso de secado, la pieza se encoge.
Las arcillas pueden resistir temperaturas altas sin mostrar cambios; es
importante saber que cada tipo de arcilla tiene distintas temperaturas de
cocción. Además, según el tipo de arcilla, presentan porosidad; a menor
temperatura de cocción, mayor porosidad y mayor absorción.
El uso más común de las arcillas es en artículos cerámicos
para uso práctico y también decorativo. En la prehistoria se utilizó mucho para
construir vasijas y también en construcciones de tapial, adobe y ladrillo, que
hasta hoy se realiza. En la antigüedad destacan las tablillas de arcilla
utilizadas en la escritura cuneiforme. La arcilla también se utiliza para
realizar instrumentos musicales como la ocarina y en procesos industriales para
producir cemento y papel. Además, los usos de la arcilla aumentan
considerablemente, al ser mezclada con otros minerales para producir loza, gres
y porcelana.