La calefacción central es un sistema de climatización
usualmente utilizado en los hogares, que funciona a partir de la instalación de
una caldera en el exterior de la edificación. Esta caldera produce el calor
requerido, que es distribuido a toda la casa a través de radiadores en los
costados de las paredes o de “losa radiante”, transmitiendo el calor por medio
del piso del inmueble.
La calefacción por losa radiante resulta ser una buena
solución para combatir el frío del invierno. Este sistema permite la
distribución homogénea del calor, tanto en forma vertical como horizontal,
además permite que la humedad del aire se mantenga. Lo anterior se debe a que
trabaja a baja temperatura, evitando las turbulencias debido al movimiento
acelerado del aire por la convección. De este modo, la velocidad de circulación
del aire es bastante lenta, lo que evita que el aire pierda su humedad y que se
resequen las mucosidades nasales. Debido a lo anterior, este sistema resulta ser
bastante conveniente a la hora de intentar evitar las molestas enfermedades e
infecciones propias del invierno, manteniendo la salud de toda la familia.
Este tipo de calefacción realiza sus funciones a base de un
sistema de agua calefaccionada. Ésta se calienta hasta los 35-40ºC, lo que
permite un ahorro de energía de entre un 15 a un 20% en el hogar.
Una de las principales ventajas de este sistema de
calefacción es que permite regular la temperatura de las distintas habitaciones,
pudiendo calefaccionar unas más que otras.
Como vemos, la calefacción central por radiadores o por losa
radiante posee muchas ventajas, por lo que resulta bastante lógico pensar que es
el sistema de calefacción más popular. Además de las ventajas anteriormente
mencionadas, este sistema posee una vida útil bastante prolongada y no cuenta
con piezas móviles o estructuras que requieran de una mantención difícil y
costosa, por el contrario, no debiera requerir de mantención alguna.