Es un viejo sueño que tienen los fabricantes de batería
recargables: eliminar de alguna manera los cables que se necesitan para que una
pila o batería se una a la fuente que la recarga; como veremos hoy en día
tecnológicamente la carga inalámbrica de una batería es una realidad, pero aún
falta bastante trabajo para hacerlo más práctico y extensible a la población en
general.
En la mayoría de los autores
se mencionan los métodos más bizarros que uno pueda imaginar para ello. Muchos
consideran que el uso de celdas solares pueden ser un buen método pero no es con
mucho un método inalámbrico pues realmente la fuente de energía (las celdas
solares) vienen ya conectadas a la batería.
Hay en experimentación dos sistemas
básicos: el que usa señales electromagnéticas como ocurre con el método de las
microondas que consiste en llevar la energía por el aire usando un magnetrón
como emisor o fuente de energía y un receptor en la batería, con el
inconveniente de que habría que colocar magnetrones por todas partes y su
radiación podría interferir y hasta dañar otros instrumentos como los teléfonos
móviles que usan señales de microondas también para trasmitir datos, además
tanto el emisor como el receptor disipan mucha energía en forma de calor o el
propuesto recientemente por una compañía que fabrica ordenadores portátiles y
que consiste en un emisor en la banda de los WIFI que por medio de un cable USB
se une a la computadora o una fuente eléctrica y permite cargar las baterías de
los periféricos como los teclados y ratones inalámbricos sin tener que quitarlas
de esos dispositivos.
El otro sistema es de resonancia magnética que consiste en
generar un campo magnético resonante entre dos bobinas que no están en contacto,
la primaria que funcionaría como emisor y la secundaria funcionaría como
receptor; este sistema es muy similar al que se usa en los transformadores que
se usan en los “cargadores” y otros dispositivos eléctricos pero en estos un
núcleo de hierro sirve como “contacto” indirecto entre las bobinas, indirecto
pues todos los elementos están aislados eléctricamente unos de otros. Ahora bien
la aplicación más importante para este último sistema proviene de la tecnología
de los trenes MAGLEV (trenes de levitación magnética): básicamente un tren se
mueve sobre un “colchón magnético” inducido sobre placas de aluminio por
electroimanes; ahora bien si se invierte el sistema, un “colchón magnético”
puede generar una corriente eléctrica ya que un electroimán (al igual que un
motor eléctrico que puede funcionar también como generador) sería usado en ese
sentido.
La tecnología sería mucho más barata pues no se trata de “elevar” todo
un tren, sino crear una serie de campos magnéticos pequeños como para generar la
corriente en un automóvil que lo mantenga en movimiento y darle carga a las
baterías. Se aprovecharía para ello fuentes alternas de energía como celdas
solares o turbinas eólicas. Si bien todo esto es técnicamente posible (se ha
demostrado la transmisión a distancia de corrientes eléctricas mediante
tecnologías de este tipo, al punto de poder alimentar dispositivos comunes como
ampolletas o computadoras), aún le falta mayor desarrollo al concepto de lo que
es la carga inalámbrica, para llegar a resultados aplicables de manera masiva.