La cristalografía es la ciencia dedicada al estudio de los
cristales, que son todos los minerales que, espontáneamente, se presentan en la
naturaleza definidos en estructuras geométricas. Algunos ejemplos comunes de
cristales son las formas cúbicas de sal gema y de pirita, los prismáticos de la
antimonita y los rómbicos del azufre, entre otros.
En la cristalografía es muy importante la llamada “ley de
constancia de los ángulos diedros”, que, como característica general de los
cristales, establece que bajo la misma temperatura, los ángulos que forman las
caras de los cristales de una misma especie, son siempre los mismos. Debido a
esta característica, los diversos cristales pueden ser clasificados, sin
importar lo confuso que pueda ser el aspecto exterior de cada uno.
Es muy improbable encontrar cristales aislados en la
naturaleza. Como regla general, los cristales se presentan en grupos de maneras
muy diversas y forman los llamados agregados. Pueden formar una macla, si se
unen siguiendo una ley determinada. La macla puede ser una formación de dos o
cientos de cristales. También se puede formar una drusa, si los cristales se
disponen sobresaliendo sobre una base plana, como un revestimiento. Si la base
revestida es cóncava, la formación recibe el nombre de geoda. Otras veces, se
forman las dendritas, cuando los cristales se juntan de un modo arborescente muy
característico.
Para el estudio de los cristales, la cristalografía ha
definido varios elementos para poder clasificarlos. Estos elementos no siempre
se encentran en todos los cristales y, a veces, se presentan de manera
enmascarada.
Los elementos cristalográficos más importantes son: el centro
de simetría, que es un punto teórico por el que se divide en dos partes iguales,
cualquier recta que cruce el cristal. El plano de simetría, que es un plano que
divide al cristal en dos partes simétricas, como la imagen que se refleja en un
espejo. El eje de simetría, que es una recta teórica alrededor de la que el
cristal presenta el mismo aspecto un número entero de veces, que puede ser dos
(binario), tres (trigonal), cuatro (tetragonal) o seis (hexagonal).
En el ámbito técnico de la cristalografía, también tiene gran
importancia lo que se conoce como
el eje cristalográfico, que es un eje de referencia teórico, que tiene el centro
de coordenadas en el centro de simetría teórico del cristal. Con los ejes de
simetría se crean seis sistemas que engloban todos los cristales de la
naturaleza, que en teoría son 32 clases. El sistema hexagonal, formado por tres
ejes iguales en un plano, que entre sí, forman un ángulo de 60º, y otro eje de
distinta longitud, ubicado en el plano perpendicularmente. El sistema cúbico,
formado por tres ejes iguales, cortados en ángulo recto. El sistema tetragonal,
formado por tres ejes, dos de ellos iguales y un tercero distinto, dispuestos
todos, perpendicularmente entre sí. El sistema rómbico, de tres ejes distintos,
que se cortan en ángulo recto. El sistema monoclínico, conformado de tres ejes
distintos, dos oblicuos y el otro perpendicular. Finalmente, el sistema
triclínico, de tres ejes diferentes que se cortan con ángulos distintos. Los
minerales de cada sistema mencionado, comparten características de simetría,
forma cristalina e importantes propiedades ópticas.