La depredación se define como la captura de una especie por
parte de otra con el objeto de alimentarse. Es un tipo de relación
interespecífica, es decir, que se da entre organismos de distintas especies. La
depredación es una relación que se da casi exclusivamente entre los animales.
Además de ellos, las plantas carnívoras también realizan un tipo de depredación,
que no es activa, al alimentarse de otros invertebrados.
Estrictamente hablando, la depredación es la que un animal
ejerce sobre otro de especie diferente. Muy pocas veces surge depredación entre
animales de una misma especie, y si sucede, no es en sí una depredación, sino
una respuesta a factores como el estrés o el control de población. La
depredación se da debido a la necesidad de alimentarse.
Con el paso del tiempo, todas las especies animales, tanto
depredadores como presas, han ido evolucionando para desarrollar ataques y
defensas más efectivos respectivamente. Entre los depredadores se encuentran
cantidades enormes de sistemas de ataque que cada especie ha ido desarrollando
para alimentarse. Por ejemplo, las águilas poseen una visión impresionante, que
les permite detectar a sus presas a grandes distancias. Los guepardos poseen la
cualidad de correr a una velocidad superior a sus también veloces presas. Así
también, los halcones pueden volar más veloz que cualquier otra ave. Otros, como
el zorro, tienen un sentido del olfato muy desarrollado. En cuanto a los lobos,
pueden correr grandes distancias debido a su increíble resistencia. Algunas
especies de peces e insectos han desarrollado efectivos sistemas de camuflaje
para atrapar a sus presas. Otros animales, poseen sistemas de atracción, otros,
de asecho, otros, veneno, etc.
En cuanto a los animales que suelen ser presas, también
existe una evolución que les permite defenderse. Algunos como el erizo o el
puercoespín, poseen cuerpos armados con espinas, que los hacen presas difíciles.
Otros, como las tortugas o los armadillos, tienen sus cuerpos acorazados, muy
difíciles de atravesar. Algunos insectos y otros animales, producen sustancias
repelentes tóxicas o desagradables para el enemigo. Herbívoros como las gacelas,
han hecho de la velocidad y la agilidad su mejor defensa, además de poseer una
gran resistencia. Otros grandes herbívoros como los ciervos y los búfalos son
tan corpulentos que son difíciles de depredar. El jabalí posee peligrosos
colmillos. Las cebras y las jirafas pueden dar mortales patadas. Algunos, como
los roedores, no se preocupan por el individuo, pero sí por la especie y se
reproducen masivamente. Muchos optan por mantenerse en grandes grupos para
desorientar al enemigo. Otra gran defensa es el mimetismo. Algunos animales son
capaces de usar más de un sistema de defensa.
Otro factor importante es que una especie depredadora puede,
a su vez, ser cazada por un predador mayor, es decir, puede ser presa y
depredador a la vez. Es el caso de muchas culebras que depredan a animales
pequeños como roedores, pero esas mismas culebras son cazadas por aves rapaces
como las águilas. Además, algunas especies pasan de ser presas a ser cazadores
durante su ciclo de vida. Por ejemplo, las crías de grandes depredadores como
los felinos, pueden ser presa de otros carnívoros, pero al llegar a la edad
adulta, pasan a estar en la cima de la pirámide alimenticia.
La depredación tiene una función muy importante en la
naturaleza, ya que por medio de ella se controla la población. Al controlarse la
población animal, también se controla el uso de los recursos de los ecosistemas.
Un ejemplo claro es en los ecosistemas en donde las águilas y las serpientes
cazan especies que se alimentan de plantas. Si una de las especies cazadores
llegara a extinguirse, la otra especie no podría controlar la población de
herbívoros y finalmente la población vegetal disminuiría y causaría un desastre
ecológico. Por el contrario, si faltaran los herbívoros, se extinguen también
los depredadores y no habría tampoco control sobre las plantas. Finalmente, la
depredación también es importante para la selección natural. Los depredadores,
tienden a cazar a las presas más débiles, causando que los individuos más
fuertes sobrevivan y contribuyan a un mejor desarrollo de los ecosistemas.
Además, entre los mismos depredadores, los mejores cazadores logran sobrevivir.
Es muy importante agregar que gran parte de los problemas
ecológicos de hoy, se deben a la influencia humana, que ha explotado el
medioambiente de muchas especies, causando la disminución de presas y, como
consecuencia, también de los depredadores, haciendo imposible que se realice un
control ecológico natural; en ocasiones se usa el término depredación para
referirnos a la explotación indiscriminada del medio, y hablamos de una cultura
"depredadora".