El término tiene amplias aplicaciones en diversos ámbitos de
la ciencia. En biología, que es el más usual, la digestión es el proceso por el cual un ser
vivo toma los alimentos y separa los desechos de los nutrientes para absorber
estos últimos y eliminar los primeros. En el ser humano ocurren tres etapas: La
cefálica o preparación previa que ocurre cuando preparamos los alimentos,
limpiándolos, cocinándolos u otras preparaciones que se realicen antes; esto
hace la corteza cerebral prepare al organismo para consumirlos.
La etapa
gástrica en la digestión implica la masticación y deglución de los alimentos y los procesos que
se llevan a cabo en el estómago por medio de la liberación de los jugos
gástricos en un proceso que aumenta la acidez del contenido estomacal y otros
procesos reguladores para evitar que la acidez dañe la pared estomacal, en total
todo tiene una duración de entre dos y cuatro horas. Antes de hablar de la
siguiente etapa se debe aclarar que la información de que ya se está deglutiendo
los alimentos llega al cerebro en forma de mensajes hormonales (una señal
química) y viaja con cierta lentitud hacia el cerebro (en realidad el cerebro
tarda en absorberla) por lo tanto a veces ya estamos llenos pero el cerebro no
se ha dado cuenta, de allí la necesidad de comer lentamente y sin prisas, para
no comer de más.
Luego empieza la fase intestinal que es una serie de procesos
en los intervienen la bilis, los jugos pancreáticos y otras secreciones que
termina la digestión, para luego empezar la absorción. Una buena diete implicará
también una buena digestión. La dieta tendrá que ser variada, en el sentido que
debe incluir tanto alimentos de origen animal, vegetal, lácteos, harinas y
frutas tal como los clasifican tradicionalmente en las escuelas primarias. Una
dieta pobre en alguno de estos tipos de alimentos redundará en algún tipo de
problema digestivo y, en caso de niños, hasta un desarrollo deficiente.
En química se hablan de digestión ácida y básica cuando la materia orgánica es
sometida a la acción de ácidos fuertes o álcalis fuertes (hoy llamados bases)
para reducirlos a su composición elemental o por lo menos a sustancias más
simples como por ejemplo atacar con ácido sulfúrico a un trozo de carne para
libere el nitrógeno en forma de amoniaco y determinando la cantidad de amoniaco
se puede determinar la cantidad de nitrógeno y con él la de proteínas en los
tejidos de la carne. Otra manera de hablar es en el sentido literario, decimos
que alguien está digiriendo tal o cual libro cuando trata de comprender el
contenido del mismo.