La fiebre, término proveniente del latín "febris", es un
síntoma bastante común caracterizado por un aumento en la temperatura corporal
interna, más allá de los niveles considerados normales (37°C).
El mecanismo visto desde el punto de vista del cuerpo, consiste en un aumento de
la temperatura basal en los sistemas termorreguladores del cuerpo. Por este
motivo es que la temperatura usual le parece al cuerpo como "fría" cuando se
tiene fiebre.
Los síntomas de la fiebre son la
sensación de frío, calofríos y espasmos musculares, más un aumento en el ritmo
cardiaco. Estos síntomas están directamente relacionados con el problema de la
termorregulación mencionado en el párrafo anterior; se percibe una especie de
hipotermia mientras el cuerpo intenta alcanzar la nueva temperatura.
Entre las condiciones medicas
que llevan a tener fiebre están las enfermedades infecciosas como el resfrío y
la influenza (un caso bastante extremo es el de la fiebre amarilla, causada por
el mosquito Aedes aegypti, o la fiebre tifoidea, enfermedad infecciosas
ocasionada habitualmente por la salmonella). Enfermedades inmunológicas como
lupus, algunos tipos de cáncer como la enfermedad de Hodgkin, desórdenes
metabólicos y destrucción de tejido, como durante una cirugía o derrame
cerebral. También la fiebre se produce producto de la presencia de alguna droga
o medicamento en el organismo como en el caso de la quimioterapia y la
progesterona, o en la ausencia de estas sustancias como en el caso de la
abstinencia de los adictos.
Ha existido bastante debate
acerca de la verdadera utilidad de la fiebre para el organismo, pero la mayoría
de los entendidos en el tema están de acuerdo de que es un mecanismo de defensa
del organismo, y que algunas reacciones inmunológicas son favorecidas con una
mayor temperatura; adicionalmente algunas clases de patógenos se ven
restringidos por esta condición. Lo que si, una fiebre excesiva por supuesto
también es peligrosa, por lo que su control debe ser estudiado caso a caso por
personal competente.
El tratamiento para la fiebre
lidia con los síntomas de desagrado normalmente asociados, y se recomienda por
lo general una buena hidratación (algunos pacientes toman bebidas deportivas o
productos especiales para la fiebre), sin caer en excesos.