La halitosis, conocida popularmente como mal aliento, es un
síntoma de determinados problemas en el organismo que producen mal olor cuando
se respira o abre la boca. Este mal suele pasar desapercibido por la propia
persona y requiere que terceros le cuenten del problema. Es bastante corriente,
incluso se afirma que un 50 porciento de la población la padece y puede
manifestarse en una forma ligera, por ejemplo, cuando se manifiesta
exclusivamente al levantarse.
Las causas del mal aliento pueden ser muchas. Cuando se comen
alimentos como el ajo y la cebolla, o cualquiera que sea incorporado al flujo
sanguíneo, son transferidos por los pulmones y, luego, el olor es expelido por
el aire que la persona respira. Es más corriente entre la gente que fuma.
No obstante suele relacionarse este problema con la falta de
higiene en la cavidad oral, también puede ser consecuencia de enfermedades que
se producen en la faringe como faringoamigdalitis aguda y crónica y adenoiditis.
En cuanto a la rinitis supurada, sinusitis, bronquiectasias, cuerpos extraños
bronquiales y un absceso pulmonar que afectan al sistema respiratorio también
pueden producir halitosis. Cuando se presentan divertículos esofágicos, hernia
hiatal, esofagitis, gastritis, úlcera de estómago, infección por helicobacter
pilori o una alergia alimentaria, todas enfermedades del aparato digestivo,
pueden provocar mal aliento. Por último, males sistémicos como la diabetes,
insuficiencia renal crónica o un fallo hepático agudo pueden conducir a
problemas con el hálito. Además la boca seca o xerostomía también es una causa
del mal aliento, ya que se reduce la producción de saliva y la boca es incapaz de limpiarse a sí
misma. La más frecuente es la halitosis de origen bucal, la que representa entre
un 80 y 90 porciento de las personas que padecen de este mal.
Para poder tratarla es necesario realizar un diagnóstico que
arroje el origen o causa de la halitosis. Así, si es bucal, deberá ser tratada
con un dentista; si es digestiva, la verá un gastroenterólogo. Por medio de una
máquina llamada Halimeter se puede determinar cuál es la raíz del problema. Este
aparato consiste en una bombilla que se introduce en la boca por tres segundos.
Ésta aspira el aire de la boca y señala los índices de VSC (volumen de sulfuro
en composición). De esta manera se corrobora si es que hay o no un problema y a
qué se debe.
Es importante tener presente que la bacteria que produce el
mal aliento es transmisible, es decir que puede traspasarse de una persona a
otra por medio de besos o con el uso de los mismo cubiertos, por ejemplo. El que
sea transmisible no es sinónimo de que sea contagioso, ya que la persona puede
no manifestarla. Sin embargo es un portador y en el caso de que, quien padece la
enfermedad, quiera tratarse, es importante que se haga con la pareja para
eliminar todas las bacterias riesgosas.
El tratamiento a realizar dependerá de la causa de la
halitosis. Sin embargo siempre es recomendable mantener una buena higiene bucal
y utilizar pastas de dientes que contengan peróxido de hidrógeno, ya que
contribuyen a controlar el mal aliento. También se puede consumir una infusión de
ajenjo (se vierte una cucharada de ajenjo en agua y se le deja reposar 10
minutos) después de cada comida.