La lordosis, puede ser considerada clínicamente, como una
curvatura exagerada, de la posición lumbar, con lo cual, al mirar de costado la
columna vertebral, se verá que esta, está inclinada hacia atrás.
Esta curvatura, se da principalmente, en las vértebras
finales, de la columna. O sea, en la parte inferior de la espalda, aquella
cercana al cóccix. Con lo cual, la zona baja de la espalda, adopta la imagen de
un dorso cóncavo.
Para tener una idea acerca de la columna vertebral, podemos
señalar, que está compuesta por una superposición de 24 huesos independientes.
De los cuales, siete de ellos pertenecen a la zona cervical, 12 a la dorsal,
cinco a la lumbar (en esta zona se produce la lordosis), el sacro y por último,
el cóccix. Cada uno de estos huesos, está unido por medio de estructuras
fibrocartilaginosas.
Una de las características más claras de una lordosis, es la
prominencia de los glúteos. O sea, cuando una persona sufre de lordosis, por lo
general posee un glúteo bastante prominente hacia fuera.
Las lordosis pueden ser consideradas de dos maneras. Están
las de tipo fisiológica, las cuales se desarrollan de manera leve, y se
pueden ver acentuadas en las mujeres que se encuentran embarazadas.
Por otra parte, tenemos las lordosis patológicas. Las cuales
son las más acentuadas o graves. Por ende, el grado de deformidad de la zona
baja de la espalda, es bastante notorio. Esta condición, puede empeorar en los
casos donde la lordosis va acompañada con otras desviaciones lumbares. Por ejemplo
en el caso, en donde aparte de lordosis, la persona sufra de escoliosis.
Existen diversas consideraciones, frente a las causas de una
lordosis. Está el hecho, de una malformación congénita, un deficitario sistema
muscular en la espalda u abdomen (problema neuromuscular), mala postura
recurrente, etc. Por lo general, la principales causas, son la falta de
ejercitación en los músculos comprometidos en la zona lumbar y abdomen, como la
constante mala posición, que adoptan una mayoría de los seres humanos, no sólo
al caminar, sino que también cuando están sentados. Asimismo, puede
presentarse en Espondilitis Anquilosante, fundamentalmente cuando existe
inflamación lumbar.
Con respecto a los síntomas de la lordosis, esta no presenta
generalmente ninguno, salvo en casos extremos. No existe dolor lumbar, en los glúteos o piernas, como
ocurre con la ciática. Asimismo, las personas que sufren de lordosis, no
presentan problemas de evacuación de orina o intestinal, como ocurre con otras
enfermedades lumbares.
Por ende, la forma más fácil de percatarse si es que uno
padece de lordosis, es acostarse con la boca arriba (de espalda) y verificar si
en la zona baja de la espalda, se forma una curvatura. Se notara de inmediato,
ya que existirá una zona donde la espalda no tocará el colchón.