La osteoporosis es una enfermedad que ataca a los huesos por
medio de la disminución de minerales en su composición, afectando la densidad
del hueso. Cuando las personas comienzan a envejecer, la cantidad de calcio y
fósforo disponibles en el cuerpo disminuye porque son reabsorbidos por el
organismo. Este proceso debilita el tejido óseo. Esto provoca que se vuelvan
quebradizos y susceptibles de sufrir alguna fractura incluso en ausencia de
trauma.
La pérdida se va produciendo de manera gradual, por lo que la
persona puede sufrir fracturas sin antes darse cuenta de que se encuentra en
presencia de osteoporosis. Cuando esto suceda, probablemente la enfermedad ya
esté muy avanzada y, por lo tanto, el daño sea más profundo y difícil de
detener.
Este mal suele afectar a mujeres amenorreicas (entendida como
la ausencia de períodos menstruales) o postmenopáusicas producto de la
disminución de estrógeno y otras hormonas en su organismo. Las de origen
caucásico y asiático son las que tienen mayores riesgos de padecer esta
enfermedad ya que disponen de una masa ósea menor que la de los hombres. En el
caso de estos, se produce por una disminución de la testosterona.
La mal nutrición, que provoca falta de calcio y vitamina D,
el consumo de tabaco, alcohol, cafeína y la vida sedentaria contribuyen a la
aparición de la osteoporosis, así como también la presencia de desórdenes
alimentarios como la anorexia y la bulimia.
Si bien en las primeras etapas de desarrollo esta enfermedad
no presenta ningún síntoma, una vez que ha avanzado, se pueden presentar
fracturas en las vértebras, muñecas o caderas (por lo general, este es el primer
indicio), dolor de espalda, dolor de cuello, dolor o sensibilidad ósea, pérdida
de estatura con el tiempo y postura encorvada.
Existen diferentes formas de afrontar la osteoporosis. La
práctica de ejercicio y el consumo de calcio adicional antes de la menopausia
son muy beneficiosos para mantener la estructura ósea en buenas condiciones.
También, puede resultar útil administrar parches hormonales, pero siempre bajo
la supervisión de un ginecólogo.