Popularmente la personalidad se entiende como la el conjunto
de actitudes y estilo de comportamiento de una persona, o sea todo aquel
conjunto de características psicológicas que caracterizan a una persona y
permiten distinguirla de todas las demás. Si bien la está noción popular
corresponde en gran parte a la verdad, en realidad se trata de concepto bastante
complejo que la psicología se ha encargado de abordar desde diversos puntos de
vista.
Muchos autores han intentado definirla, y es a partir de esto
que se han categorizado, incluso, los tipos de definición de la personalidad. De
este modo, la psicología presenta definiciones aditivas, las que describen la
personalidad como la suma de todos aquellos aspectos que definen al individuo.
Por otra parte, nos encontramos ante las definiciones integradoras, las que
abordan la personalidad como un conjunto organizado y estructurado de
características. Además, es posible encontrar definiciones jerárquicas, las que
ven la personalidad integrada por un conjunto de dimensiones, en las que unas se
imponen más que otras. Existen otras definiciones que hacen alusión a la
personalidad en cuanto a la importancia de sus características ante la
adaptación del sujeto al medio. Por último, es posible concebir la personalidad
poniendo especial énfasis en las diferencias que implica frente a los demás,
otorgándole características únicas y distintivas al individuo.
A pesar de esta gran cantidad de formas de abordar lo que se
entiende por personalidad, existen ciertos factores comunes a todos estos
intentos de definición. Entre ellos nos encontramos frente al hecho de que se
trata de algo que se describe a partir de las inferencias en torno al
comportamiento visible que presenta el sujeto, sin clasificarse según juicios de
valor. Se trata además de un conjunto de características que suelen mantenerse
estables en el tiempo, por lo que en gran parte de los casos permiten realizar
predicciones de conducta, lo que no sólo incluye lo manifiesto, sino que también
aquello que ocurre en el mundo interno de las personas. Estas conductas no
responderían tan sólo a patrones personales, sino que también serían influidos
por el medio sociocultural en el que se desarrollan.