La tasa interna de retorno, TIR o IRR en inglés (Internal
Rate of Return), es una herramienta o medida usada como indicador al cuantificar
la eficiencia de una inversión determinada. Al contrario del VAN (valor actual
neto), que entrega como resultado una magnitud, el TIR entrega un porcentaje,
por lo que muchos analistas lo prefieren, aunque es más preciso como indicador
el VAN.
En otras palabras, el TIR es la tasa compuesta de retorno
anual que se puede ganar de una inversión. Por lo mismo, matemáticamente el TIR
se calcula partiendo de la ecuación del VAN, haciendo este igual a cero y
calculando "i" para este valor.
Se considera que si el TIR es mayor que el costo del capital
para un proyecto, este último entrega valor a la compañía. Desde otro punto de
vista, un proyecto es bueno siempre y cuando su TIR sea mayor al retorno a la
inversión que se pueda obtener en inversiones alternativas, como por ejemplo
depósitos a plazo.
Hay otros factores importantes a considerar al usar esta
herramienta, como con todos los estimadores matemáticos. Por ejemplo en el caso
donde se evalúa entre dos proyectos mutuamente excluyentes, si uno de ellos
tiene una inversión inicial mayor que el otro, puede ser que tenga una TIR (tasa
interna de retorno) menor, pero un mayor VAN (valor actual neto), por lo que
puede ser más conveniente el proyecto de mayor VAN.
Por lo anterior es que si bien la tasa interna de retorno o
TIR es el indicador preferido por los analistas a la hora de evaluar un
proyecto, se debe usar en conjunto con el VAN para tomar una buena decisión, y
no desechar un proyecto que pueda entregar mayores utilidades a la empresa.