La UCI o Unidad de Cuidados Intensivos es una sección
especializada de los hospitales de muchos países que se preocupa de dar medicina
intensiva a personas que necesitan cuidados de manera más urgente por haber
sufrido algún accidente, por padecer una enfermedad grave o por haber salido de
una operación. Esta unidad cuenta con equipamiento y médicos especializados y,
según los recursos y las necesidades de los hospitales, éstos también pueden
contar con cuidados intensivos en áreas específicas de medicina.
El concepto de cuidados intensivos fue creado por la
enfermera Florence Nightingale en 1854, durante la Guerra de Crimea. Florence
consideró que era necesario separar a los soldados en estado de gravedad de
aquellos que solo tenían heridas menores para cuidarlos de manera especial. Logró
reducir la tasa de mortalidad de la batalla de un 40% a un 2%. En 1950, el
anestesiólogo Peter Safar, desarrolló un área de cuidados intensivos en la que
mantenía a los pacientes sedados y ventilados. Es considerado el primer
intensivista. La primera Unidad de Cuidados Intensivos se creó en Copenhague en
1953, como respuesta a una epidemia de poliomielitis. Surgió de la necesidad de
vigilar y ventilar constantemente a los enfermos. Con el paso del tiempo, estas
unidades se fueron creando en los hospitales de todo el mundo y con los avances
tecnológicos y el desarrollo de la medicina, hoy existen unidades de cuidados
intensivos específicas para diferentes especialidades de la salud.
En la UCI se encuentran los pacientes que requieren cuidado
constante y atención especializada durante las 24 horas del día. Debido a que el
estado de estas personas es muy crítico, la UCI es un sector en el que trabajan
profesionales especializados y entrenados para dar la atención debida a los
pacientes. Asimismo, estas unidades están provistas con equipos y sistemas
especializados, tomando en cuenta la especificidad de la UCI. Algunas unidades
específicas son: Cuidados Intensivos Cardiológicos o Unidad Coronaria, Unidad
Postoperatoria de Cirugía Cardíaca, Trasplante de Órganos, Cuidados
Postoperatorios y Cuidados Intensivos Psiquiátricos. También es posible
encontrar Unidades de Cuidados Intensivos Pediátricos y Unidades Neonatales,
entre otras.
En cuanto al equipo de una UCI, los más comunes son los
aparatos de ventilación mecánica, para asistir la respiración; equipos de
diálisis para los fallos renales; equipos de monitorización cardiovascular; una
serie de vías intravenosas, tubos nasogástricos, bombas de succión, drenajes,
catéteres; y, finalmente, una amplia gama de fármacos, incluyendo sedantes,
antibióticos, analgésicos y fármacos vasoactivos.
En la UCI trabajan médicos, enfermeros y paramédicos
entrenados en medicina intensiva. Reciben el nombre de intensivistas y
típicamente son entrenados en medicina interna, cirugía, anestesia y medicina de
emergencias. En la actualidad, también forman parte de estos equipos
practicantes de enfermería y asistentes con entrenamiento especial. Además,
colaboran especialistas como enfermeros, terapeutas respiratorios, farmaceutas
clínicos, nutricionistas, kinesiólogos, entre otros.
Las personas que entran a la UCI tienen un orden de
prioridad. La primera prioridad es para las personas inestables que necesitan
ayuda intensiva que no se puede ofrecer fuera de la unidad. La prioridad dos es
para los que necesitan monitoreo intensivo y que podrían necesitar intervención
inmediata. La prioridad tres es para pacientes que pueden recibir tratamiento
intensivo para mejorar de enfermedades graves, pero se les puede poner límite a
sus terapias. Por último, la prioridad cuatro es para los pacientes que no se
beneficiarían de los cuidados intensivos como los anteriores. Se incluyen
personas que pueden recibir cuidados fuera de la UCI y pacientes con daños o
enfermedades irreversibles, es decir, están demasiado graves o enfermos como
para beneficiarse de los cuidados intensivos.