Este, uno de los más populares en la Internet, es un sitio
que consiste en una una "red social", en donde los mismos usuarios son los que
proveen en contenido, a través de perfiles personales que contienen blogs,
fotografías, grupos de amigos, música y videos. Myspace, especialmente popular
entre los jóvenes, y ya parte de la cultura popular, posee además un sistema
interno de emails y su propio motor de búsquedas.
Para crear perfiles los usuarios pueden emplear las opciones
básicas del servicio o para los más avanzados incluir código HTML y CSS, que son
los mismo que se ocupan para crear páginas web tradicionales. Por lo mismo es
que se podría entender el servicio de Myspace como una manera más de tener una
página personal en la red, con el beneficio de ínter conectividad y amplia
difusión de esta plataforma en particular.
La historia de Myspace comienza en el 2003, cuando se fundo
el servicio de manos de Tom Anderson, Chris Dewolfe y un grupo de programadores
(Tom aparece como "amigo" por default cuando alguien crea una nueva cuenta en el
sitio. De ahí algunas bromas populares que dicen "Ni siquiera Tom quiere ser mi
amigo). En julio del 2005 fue adquirido por la "News corporation", y se anuncian
planes de expansión por todo el mundo.
Se ha criticado bastante el tiempo que muchos pasan usando
Myspace y otras redes sociales del mismo tipo, e incluso algunos colegios han
llegado a restringir el acceso a estos sitios. Lo más seguro es que este tipo de
sitios y redes esté para quedarse, por lo que lo importante es la auto
regulación y dosificación del tiempo que le dedicamos a estas y otras
actividades en línea.
Tal es la influencia sobre las masas de este sitio, que
muchas personalidades en el mundo del cine, la música y la política tienen su
espacio en esta red, y suben sus últimas creaciones y pensamientos para
compartirlas en sus perfiles con los demás usuarios y así usar Myspace como una
forma de promoción y contacto directo con sus seguidores. Por lo mismo también
se debe tener cuidado con los impostores que se han aprovechado de este
fenómeno, y una buena cuota de desconfianza es saludable.