Un extinguidor es un aparato creado para combatir el fuego
cuando este está recién comenzando a provocar un incendio. Este tipo de aparatos expelen una carga que contienen en su
interior, con la que son capaces de sofocar un foco incendiario, es muy
necesario tener en cuenta que sólo sirven cuando un incendio está comenzando, ya
que cuando el fuego se ha descontrolado o ha crecido mucho, entonces un
extinguidor no sirve y es necesario pedir ayuda urgente a los bomberos.
Por lo general, los extinguidores son cilindros de metal
pintados en color rojo, ya que en caso de suceder algún siniestro, deben ser
fácilmente visibles. Las instrucciones, que deben ser fielmente seguidas,
siempre se encuentran en el frente. Es siempre mejor perder algunos segundos en
leerlas que luego lamentar una catástrofe mayor por no haberle dado al
extintor un uso correcto.
Existen extinguidores para los diversos tipos de fuego, según
el agente extintor. Los fuegos pueden ser de tipo A (combustibles sólidos), B(
combustibles líquidos), C (combustibles gaseosos), D (metales combustibles), y
los de clase E (eléctricos, aunque esta notación ya no se emplea). Se los
encuentra de agua (para fuegos clase A), los de agua pulverizada (para A y C),
los de agua y espuma FFF (para A y B), los de dióxido de carbono o CO2 (para B y
C), y los de polvo químico (en general universales, para A, B y C). En todo caso
no es necesario preocuparse tanto por estas clasificaciones, ya que el
tradicional extintor casero y para el auto es universal, de polvo químico.
Existen varios elementos que se deben tener en cuenta a la
hora de utilizar un extinguidor para sofocar un principio de incendio. El tamaño
del fuego, el viento y la intensidad de las llamas harán que, en caso de ser
posible, elijamos distintos tipos de extinguidores.
Una vez frente al fuego se debe quitar el sello de seguridad
que todos estos aparatos poseen y luego girar el robinete o presionar la palanca
de la válvula, dirigiendo el contenido blanco del extinguidor, con un movimiento
de vaivén, a la base del fuego. Una vez que el fuego se va apagando desde su
base, entonces, se debe ir avanzando con el mismo movimiento.
Si se ve que el fuego se ha sofocado por completo y aún queda
carga en el extinguidor, lo mejor será acabarlo dirigiendo el contenido a los
objetos presentes, ya que en su interior podrían contener fuego y comenzar otro
foco incendiario. Es importante mencionar también, que lo mejor es contar con
más de un extintor, ya que si el primero no funciona de forma adecuada,
rápidamente se pueda accionar otro.
Entre las recomendaciones más importantes que realizan los
fabricantes de extinguidores y el cuerpo de bomberos es que, de ser posible,
nunca se manipule un extinguidor en forma solitaria, lo mejor es siempre contar
con otra persona en caso de necesitar apoyo o más ayuda.