Un fertilizador orgánico es un abono natural, también llamado
compost, producido a partir de material orgánico, es decir, materiales que
pueden fermentar o sufrir putrefacción.
Los fertilizadores orgánicos deben provenir, preferiblemente,
de los restos luego de una poda en el jardín, de papeles, de restos de comida
perecible, etc., es decir, ciertos tipos de elementos considerados comúnmente
como basura. A partir de estos materiales se pretende obtener muchos de los
nutrientes necesarios para un crecimiento fuerte y un desarrollo sano de todo
tipo de plantas.
Debido a su origen, los fertilizadores orgánicos resultan
bastante convenientes, ya que se pueden producir y utilizar en casa a partir de
la basura que generamos, aprovechando además de darle una mano al medio
ambiente.
Este abono resulta tan positivo, que entre sus ventajas
podemos encontrar que resulta seguro para niños y mascotas, hace a las plantas
más resistentes a las plagas, otorga a las plantas el nitrógeno que tanto
necesitan y además, ayuda a que la tierra mantenga la humedad por más tiempo,
evitando así el uso excesivo de agua.
Los materiales más utilizados son los restos del corte de
pasto, hojas que han caído, cáscaras, tanto de huevos como de frutas y ramas
delgadas. También es posible usar papel de diario y cartón, aprovechándolos
cuando no es posible reciclarlos. Aquello que jamás se debe utilizar son los
metales, los plásticos y cualquier material que contenga restos de pintura.
Un modo de fabricar este tipo de fertilizante es realizar lo
denominado “compost en pila”. Para producirlo es necesario intercalar capas de
unos 5 cm de material orgánico con capas delgadas de tierra. Lo ideal es que si
el material orgánico con el que contamos contiene varios elementos, como
cáscaras, pasto, ramas y hojas, todos estos estén mezclados. Cada vez que se
quiera incluir más restos utilizables, se deberá hacer nuevas capas sobre las
anteriores.
El fertilizante estará listo una vez que el material que
incluimos en las capas no es posible de identificar, pareciendo todo como una
tierra uniforme. En este estado, estaremos hablando de un “compost maduro”, que
logramos obtener luego de algunos meses en que dejamos reposando nuestros
materiales.