Un glaciar es una capa de hielo muy gruesa que formado en la
superficie terrestre por la acumulación de cantidades enormes de nieve por
períodos muy largos de tiempo. La cantidad de nieve caída excedió a la que se
derretía y luego, por el peso de la misma, las capas inferiores se hicieron
compactas y se formaron las grandes masas de hielo. En la actualidad, los
glaciares representan una superficie de más de 10 millones de kilómetros
cuadrados, de los que la mayoría se encuentran en los polos y el resto
esparcidos en las montañas.
Cuando la nieve que cae persiste por un período de tiempo, se
producen cambios en la estructura cristalinas que causan una compactación
progresiva. El mismo peso de la nieve actúa como fuerza formadora, convirtiendo
la nieve en gotas de hielo, formándose el nevero, que es la nieve compactada. El
nevero aumenta si las condiciones son favorables y cae más nieve de la que se
derrite. El peso es cada vez mayor y se va formando en hielo. Todo el proceso
puede durar hasta 300 años y luego de eso, se forma el glaciar.
En un glaciar alpino típico se distinguen 3 partes: La
cabecera, que es la zona de alimentación, constituida por uno más circos, lugar
donde la nieve se transforma en hielo. La lengua, la parte central, que es el
río de hielo que se mueve con gran lentitud hacia el valle. Y la parte terminal,
donde el hielo se funde y se depositan materiales que arrastra el glaciar.
También se desprenden trozos de hielo que se conocen como icebergs.
La superficie de los glaciares está formada por muchas
grietas, debido a los esfuerzos mecánicos a los que el hielo se somete. El color
varía según los materiales que arrastre y los depósitos de la superficie. Otra
característica de los glaciares es que siempre están en movimiento debido a la
fuerza de gravedad que empuja las masas de hielo. La velocidad varía mucho. Hay
algunos que pueden moverse 18 m diarios en verano y otros que prácticamente no
se mueven, llamados glaciares muertos.
Los glaciares pueden ser clasificados por su forma. Los
principales son: los inlandsis, conocidos también como mantos de hielo o
casquetes, son masas muy grandes de hielo que alcanzan los 2000 m de espesor, o
incluso a 4000 m en la Antártica. La nieve no se funde y la capa de hielo se va
engrosando cada vez más. La zona terminal suele llegar al mar, en donde se
forman los icebergs. Otro tipo son los casquetes locales, de menor tamaño que
los inlandsis. También se encuentran los pirenaicos, en los que el hielo
acumulado en el circo baja a los valles sin prolongarse o formar lenguas. Casi
siempre tienen forma de herradura. Muy comunes también son los glaciares de
valle o alpinos, que presentan un circo de recepción, una lengua, y una zona
final en donde se funde el hielo y se arrastran materiales. Finalmente, el
glaciar de pie de monte o glaciares alaskianos, que se forman al unirse en una zona
llana al pie de las montañas, las lenguas de varios glaciares.