La palabra meteorito proviene del griego "meteoron",
que significa fenómeno en el cielo. En la actualidad se entiende como un objeto
natural proveniente del espacio exterior que soporta un impacto con la
superficie de la tierra. Un meteorito es considerado un "meteoroide" mientras se
encuentra en el espacio; al ingresar a la atmósfera terrestre, la resistencia
que encuentra hace que el cuerpo se caliente y emita luz, formando una gran bola
ardiente, que es lo que conocemos como "estrella fugaz". Un meteoroide es
materia o cualquier objeto que se encuentra en el espacio interplanetario de
tamaño tan pequeño que no es posible considerarlo como un asteroide o cometa.
El motivo por el cual los meteoritos han resultado tan
interesantes para la humanidad es porque gracias ellos se puede determinar la
historia y origen de los cuerpos progenitores; además aprendemos sobre la
composición y comportamiento del universo que nos rodea, al estudiar a estos
"visitantes". Es interesante saber que existen muchos restos de meteoritos en la
Tierra de los que se ignora su procedencia, y además hay algunos a los que se
les atribuyen interesantes teorías, como los que se encuentran en la Antártica
recogidos en el 1981 y se cree que proceden de la Luna por la composición física
y química que presentan. También se cree que hay una gran cantidad de restos de
meteoritos de procedencia marciana, cuyo contenido son gases atmosféricos que
coinciden con la atmósfera de este planeta vecino. Los demás resto de meteoritos
presentes en el planeta se creen que son fragmentos de asteroides.
Los astrónomos han realizado una clasificación de meteoritos,
valiéndose de distintos parámetros. Un típico ordenamiento los subdivide en tres
grupos: rocosos o pedregosos, ferrosos compuestos en gran parte de
hierro-níquel, y ferrosos-rocoso o sea de una combinación de materiales.
Los meteoritos además son parte importante de la historia de
nuestro planeta, y tiene un fundamental rol en la teoría más aceptada sobre la
extinción de los dinosaurios que vivían en la tierra. Para entender la
desaparición repentina de los dinosaurios, los expertos creen que cayó un
meteorito en la Tierra generándose un caos total y extinguiendo una buena parte
de la vida sobre el planeta. Este meteorito habría impactado a la Tierra a una
velocidad de 250.000 kilómetros por hora, y se cree que fue específicamente en
la Península de Yucatán hace 65 millones de años. Esto trajo consigo la
formación de un cráter cuyas medidas eran entre 80 y 100 kilómetros de diámetro
y entre 20 y cuarenta kilómetros de profundidad.
Se generó un terremoto cuya magnitud fue trece y asimismo un
tsunami de olas que midieron noventa metros de altura. Además el meteorito le
inyectó a la atmósfera y estratosfera 21 kilos cúbicos de polvo y fragmentos de
roca. Toda esta catástrofe natural terminó por completo con los dinosaurios que
habitaban en ese entonces en la Tierra.