La palabra LED se deriva de las siglas “Light-Emitting Diode”
que en español solemos traducir como “diodo luminoso”. En general un diodo es un
pequeño componente de los circuitos eléctricos que tiene la propiedad de
permitir el paso de la corriente eléctrica en un solo sentido, sería como
describir un embudo: por la “boca ancha” se puede recoger mucho líquido para que
salga por la “boca pequeña” mientras que por la pequeña no se podrá recoger
líquido para que saliera por la grande. Lo anterior como ejemplo muy genérico,
pero más precisamente son en la electrónica lo que en el ámbito mecánico son las
válvulas, dispositivos que permiten el flujo en un sentido, evitándolo en
sentido contrario.
De manera semejante un diodo funciona:
por su “boca ancha” pueden entrar muchos electrones y por la “pequeña” ninguno.
Esto tiene muchas funciones en electrónica y en el caso de los LED como su
nombre lo indica al pasar corriente eléctrica en un sentido emiten luz,
dependiendo del material y de cómo se construya se emiten diversos tipos de luz. Generalmente son usados como indicadores. Por ejemplo, cuando una parte de un
circuito se sobrecalienta puede hacer que la corriente se invierta en otras
partes, los LED funcionarían como indicadores de que algo no está bien del todo.
Hoy día se les está usando mucho como fuentes de iluminación porque resultan más
baratos y consumen mucho menos energía que las lámparas incandescentes o los
fluorescentes mismos.
Un OLED o Super LED como también se les llama, está
constituido por una sustancia orgánica que se coloca entre el cátodo (borne
negativo) y el ánodo (borne positivo) del diodo. Esta sustancia está constituida
a su vez por una sección que emite la luz y por otra que conduce la carga
eléctrica positiva; como podemos deducir, la primera capa que emite luz tiene
que estar en contacto con el cátodo y la conductora con el ánodo. Para
explicarnos un poco diremos que existe una diferencia de potencial entre el
cátodo y el ánodo que es como la energía necesaria para que un electrón viajara
del primero al segundo, en la capa emisora de luz, los electrones se mueven
relativamente poco pero en la capa conductora los átomos (que son llamados
“huecos”) con carga positiva se desplazan hasta que se topan con un electrón en
la capa emisora, el electrón pasa entonces de tener una gran energía (dada por
la diferencia de potencial) hasta un nivel muy bajo de energía y con ello el
átomo emite un fotón que es como se libera la energía que pierde el electrón al
pasar de un nivel alto a otro bajo.
Los OLED pueden aplicarse en películas muy
delgadas (por ejemplo las pantallas de TV planas de última generación apuntan a
su uso,, utilizando una matriz con este tipo de diodos lo que se conoce como
tecnología AMOLED, y de allí su extremada delgadez), lo que permite usarlas como pantallas de televisión o vídeo-juegos muy
versátiles, aunque no muy baratas. Son tan delgadas y flexibles que no solo se
las puede incorporar en televisores sino que también se pueden colocar en
prendas de vestir, en libros y hasta tarjetas de presentación. Muchas son usadas
para proyectar información en los “parabrisas” de los automóviles, aviones o en
ventanales de las tiendas de departamentos. Me llamaron mucho la atención los
lentes de realidad aumentada que son usados para guiar a los turistas en las
ciudades que visitan y no solo le indican que es lo que están viendo, también
indican la ruta a restaurantes y sitios de esparcimiento.