Una bomba es un artefacto o aparato que explota, que por lo
general, causa bastante daño, haciendo que su uso se relacione mucho con
acciones bélicas, aunque los usos pacíficos son muchos, por ejemplo en
demoliciones y para la minería. Por lo general, se trata de un recipiente que se
llena de material explosivo, el que, como ya se ha mencionado, tiene como fin
provocar destrucción una vez que se activa.
El término bomba proviene de la palabra en griego “bombos”,
que se comporta como la onomatopeya que hace alusión al sonido de la explosión,
tal como lo hace la expresión “boom”. El mecanismo de las bombas consiste
básicamente en liberar de manera brusca una gran cantidad de energía, ya sea
mecánica, nuclear o química; esto suele ir acompañado de una alta temperatura y
la expulsión de gases. El daño ocasionado suele ser producto de las ondas de
choque provenientes de la liberación de energía.
Las explosiones que producen las bombas pueden ser
controladas por un reloj, así como también se las puede controlar a través de un
control remoto, un radar o por un sensor de presión. Tipos de bombas existen
muchos, sin embargo los más comunes los componen las bombas convencionales y las
bombas dispersivas. Estas últimas se caracterizan por encontrarse llenas de
submuniciones que provocan varias explosiones sucesivas. Por otra parte
encontramos las bombas NBQ, nucleares y bioquímicas.
En la actualidad, entre toda la cantidad de bombas que se han
creado, aquellas que resultan ser las más destructivas, son las bombas atómicas
y las bombas de hidrógeno.
Las bombas atómicas son consideradas como armas de
destrucción masiva y obtienen su energía explosiva a través de múltiples
reacciones nucleares. La bomba atómica se hizo lamentablemente famosa debido a
que el lanzamiento de una de ellas marcó el fin de la Segunda Guerra Mundial,
provocando una destrucción masiva y la pérdida de incontables vidas en las
ciudades de Hiroshima y Nagasaki, dejando además, importantes montos de
radioactividad que causaron miles de casos de cáncer y problemas genéticos
durante muchas décadas. Esta explosión, ocurrida en la mañana del 9 de agosto de
1945, originó, sobre la ciudad de Nagasaki, una enorme nube, de 18 kms de
altura, con forma de hongo, que dispersó toda la radioactividad que, además de
la destrucción causada por la explosión misma, expandió la radioactividad que
continuó con la destrucción de miles de vidas durante varias décadas.