Una cláusula de confidencialidad se trata de un compromiso
que debe realizar su destinatario de guardar para si con recelo cierta
información con la que contará y tendrá acceso a través de su participación en
alguna actividad o trabajo. Por lo general, es posible encontrar cláusulas de
confidencialidad en los contratos de trabajo, por lo tanto, si el trabajador
decide firmar dicho documento, entonces se habrá comprometido a guardar toda o
parte de la información a la que tendrá acceso por trabajar en dicha
organización.
Es posible encontrar cláusulas de confidencialidad al mostrar
ciertos documentos no publicados a terceros. De este modo, al firmar la
cláusula, el destinatario se comprometerá a devolver de inmediato el documento
si éste no es de su interés, además de comprometerse a no reproducirlo,
copiarlo, enviarlo o divulgarlo.
No todas las cláusulas de confidencialidad son iguales; estas
pueden ser tan flexibles o estrictas como sea necesario para aquella persona u
organización que quiera conservar para si cierta información.
Un ejemplo de cláusula de confidencialidad presente en un
contrato laboral de España diría lo siguiente: “El trabajador tiene y asume
la obligación de guardar el secreto y la confidencialidad de toda la información
de la empresa a la que tenga acceso durante la vigencia del presente contrato,
especialmente la información relativa a personas físicas recogida en ficheros de
datos personales… El trabajador será responsable de todos los daños y perjuicios
que para la empresa se deriven como consecuencia del incumplimiento doloso o
culposo de dicha obligación”.
Como vemos, el no cumplimiento del compromiso pactado de
confidencialidad es tanto o más grave que cualquier otro incumplimiento de las
cláusulas presentes en un contrato, independiente de si se trata de un documento
de trabajo o no, y quien ha incumplido será sancionado y responsabilizado de
todas las consecuencias que sus actos de divulgación pudieran traer, tanto para
el como para la organización o para quien le facilitó la información.
Sobretodo hoy en día con la tecnología actual, las cláusulas
de confidencialidad cobran renovada importancia, extendiéndose al uso de
documentos digitales y medios electrónicos como el correo electrónico. Por otro
lado, empresas que manejan información sensible al público general como líneas
aéreas y empresas de desarrollo de tecnologías para armamento militar, por
ejemplo, deben tener especial cuidado en la divulgación de su información
interna.