La comunicación cuántica es un proceso de envío,
codificación, recepción y decodificación de la información utilizando como base
los principios de la mecánica cuántica. También es denominada telecomunicación
cuántica, informática (información) cuántica o codificación cuántica, pero he
decir que estos dos últimos no son del todo apropiados y me justificaré más
adelante. No es fácil de explicar y para ello debo simplificar un poco los
postulados de la mecánica cuántica. Lo primero que he decir es que la mecánica
cuántica se basó en el principio de incertidumbre de Heisenberg, que dice que es
imposible determinar la posición exacta de un electrón; la propuesta de
DeBroglie de que el electrón puede comportarse como onda y partícula a la vez
(como la luz) y que pueden aplicarse sobre él los principios desarrollados por
Max Planck.
Todo esto llevó a la ecuación de Schrodinger que describe al
electrón como si se tratara de una onda y es la base para la moderna estructura
electrónica del átomo y la físico química. No es sorpresa entonces que se
descubriera que todas las partículas subatómicas también se comportaran como
onda-partículas y que la ecuación de Schrodinger se pudiera aplicar a cada una
de ellas. Una de las premisas básicas de este modelo es la superposición de los
estados cuánticos, sobre todo en partículas enlazadas. Para la mecánica clásica
un estado sucede a otro en proceso irrepetible y separados en el tiempo.
Supongamos que vamos en una montaña rusa, en un momento dado el carro está en el
punto más alto de la montaña y pocos segundos después es encuentra en el punto
más bajo. De esa manera un estado es el de la máxima altura y otro el de la
mínima altura. Para la mecánica cuántica esto no es tan fácil de distinguir y me
serviré de un ejemplo del que todos somos “víctimas”: la ilusión óptica de la
animación. Recuerdo como de niño un compañera de la escuela dibujó en la esquina
del cuaderno una serie de imágenes, dos “muñequitos de palillos” que al dejar
caer con rapidez las hojas daba la ilusión de que corrían uno hacia el otro y se
abrazaban, al final había dibujado un corazón con las iniciales mías y la de
ella. La ilusión de la animación se debe a que las imágenes se superponen en el
fondo del ojo dando la sensación de continuidad.
Algo parecido ocurre con los
cambios en los estados de la mecánica cuántica, podemos decir que se suceden
entre sí tan rápido que el tiempo no existe y que quedan superpuestos unos sobre
otros, es un hecho que no se trata de un mismo estado, sino de uno nuevo donde
las dos realidades se superponen. Eso es en especialmente cierto cuando se trata
de partículas enlazadas, supongamos que dos electrones enlazados cuánticamente
son separados cierta distancia, al hacer que el estado cuántico cambie en uno el
otro lo hará también y de manera instantánea, esto sería el principio de una
comunicación cuántica, pues se podría interpretar el cambio como una señal enviada de un
lugar a otro.
Cambios sucesivos y en un orden o código preestablecido permiten
que haya una comunicación instantánea entre dos puntos cualquiera sin las
limitaciones de las ondas electromagnéticas que son las que actualmente usamos.
Ahora bien me referiré a la información cuántica y la codificación cuántica;
estos son
conceptos basados en la mecánica cuántica, sobre todo la información de este
tipo
que en principio sería la base para las computadoras cuánticas, mientras que la
codificación cuántica se refiere a un tipo de encriptación que utilizaría el principio
de superposición para codificar mensajes e impedir que una comunicación sea
interpretada por un tercero. De allí que sea preferible no usarlas como sinónimos
de la telecomunicación cuántica. Todo esto se encuentra al momento en fase
experimental, pero el potencial está allí, y no es ciencia ficción.