La palabra infección viene de “infectar” y según la Real
Academia la palabra viene del latín “infectare” que se traduce literalmente como
“contagiar o corromper”. Hay varios estudiosos que dicen que la palabra se
origina mas bien a partir de la unión de “in” que significa “en” o “sobre” y
“facere” que significa “hacer” lo literalmente se traduciría como colocar algo
encima de otra cosa. No es de extrañar entonces la expresión “caí resfriado en
cama” o más modernamente “caí con un virus en cama”, aunque creo sinceramente
que las frases no se originan de esa manera. Una infección, en fin, es el
contagio de alguna enfermedad transmisible en lenguaje común pero para un médico
la definición debe ser más específica: es el contagio de una enfermedad
originada por algún organismo patógeno que cause algún daño a los tejidos
orgánicos.
La razón para ello es muy simple: hay organismos que viven dentro de
los seres humanos que no producen enfermedades y en algunos casos son
beneficiosos, sin ir más lejos está la flora intestinal compuestas por
organismos que viven en el intestino, algunos simplemente aprovechan los
nutrientes que encuentran y otros no solo los aprovechan eso sino que nos ayudan
produciendo sustancias que necesitamos como la vitamina K y algunas del complejo
de vitaminas B.
También hay que aclarar que bacterias que viven en nuestro
intestino pueden causar enfermedades en otros lugares y es común hoy día ver que
algunas personas se enferman por infecciones en la boca debido a contaminación
por materia fecal. Por cierto un organismo patógeno es un virus, bacteria, hongo
u otro organismo cuya presencia, sea en el interior o en el exterior, de otro
ser vivo le cause daño a los tejidos. Precisamente las infecciones se clasifican
en función al organismo patógeno que las produce: virales, bacterianas, fúngicas
y parasitarias. Aunque en el fondo todos estos organismos patógenos son
parásitos se reserva el nombre de parásitos a los protozoarios y a los
organismos multicelulares que vivan a expensas de otros.
Con ciertas variantes
las infecciones tienen las etapas siguientes: Primero el organismo patógeno
invade al huésped pasando “por encima” a alguna o algunas de las “barreras” que
el sistema inmune tiene, como la barrera ácida del estómago, por alguna herida
en la piel o a través de alguna de las mucosas, a esto se le llama contagio o
entrada simplemente. La segunda etapa es llamada colonización pues es el tiempo
que tarda el organismo en encontrar el tejido apropiado donde vivir. Luego
durante la tercera etapa se produce un tiempo en que los microorganismos se
reproducen sin que su efecto sea notable hasta que la población pasa de cierto
punto, a esta le llaman período de crecimiento y multiplicación, en esta etapa
prácticamente no hay síntomas o apenas son perceptibles para el anfitrión o
hospedero. La cuarta etapa es denominada “establecimiento de la virulencia” y es
el momento en que la población de organismos en tan importante que se “hacen
sentir”, es decir los síntomas son ya notados por el hospedero. La última etapa
es denominada “evasión de las defensas” pues si bien el organismo hospedero
activa su sistema inmune la reacción generada por el organismo patógeno es
demasiado enérgica.
En esta última etapa podríamos decir que sucede algo similar
a lo que le ocurrió al General George Armstrong Custer en las guerras indias de
los Estados Unidos de Norteamérica, durante la batalla de Little Big Horn: se
enfrentó a una cantidad enorme de indios y aunque estaba bien ubicado, mejor
pertrechado y con un excelente grupo de combatientes se vio totalmente superado
por la cantidad de contrincantes. Muchos de los secretos para combatir los
contagios de las enfermedades es el de ganar tiempo para que el sistema inmune
pueda responder apropiadamente.
El ejemplo típico es el de la malaria, la malaria es
producida por un protista del genero “plasmodium” y un gran secreto de los
indígenas americanos era tratarla con la corteza del “quino”. Las temperaturas
tan elevadas a causa de la reacción contra el parásito es lo que suele matar a
las personas y la quinina presente en la corteza del quino baja la temperatura
de las mismas dando tiempo al sistema inmune para responder apropiadamente.
Otra forma de clasificar las infecciones es la de usar el
medio de contagio: por ejemplo está el contagio directo que ocurre cuando la
enfermedad se pasa de un individuo a otro por contacto entre ellos, como sería
el caso de la gonorrea y las enfermedades de transmisión sexual. Están la de
contagio indirecto cuando existe un vehículo entre dos individuos como sería el
caso del dengue donde la enfermedad viaja a través de un mosquito que por cierto
no la padece.