Desde tiempos inmemoriales, las joyas han
representado parte de la belleza creada por el hombre. Las joyas, para
diferentes culturas, representan algo fino, hermoso y de buen gusto. Claro que
ha habido culturas, que dejan de lado las joyas, por cosas aún más preciosas.
Fue el caso de los Mayas, los cuales tenían un mayor aprecio con los granos de
cacao, que por las joyas de oro. Incluso, los granos de cacao, eran
intercambiados, con un valor superior, por oro. Pero este es un caso
excepcional. Los egipcios, veían en las joyas, la manera más refinada, para
adornar sus cuerpos. Tanto los Faraones como sus reinas, utilizaban joyas de oro
y piedras preciosas, para exaltar su belleza. Incluso cuando morían, eran
enterrados junto con ellas, para que en el más allá, siguieran adornándose con
ellas.
De esta manera fueron transcurriendo los siglos, teniendo a
las joyas, como adornos preciosos y muy caros. Llegadas las monarquías
absolutistas a Europa, también vieron en las joyas, la manera de realzar su
belleza y agrandar su magnificencia. Por lo mismo es que se crearon en diversos
reinos, las joyas de la corona. Siendo las joyas de la corona rusa, utilizadas
por los zares y zarinas, las más hermosas según los expertos.
Hoy en día, las joyas que se utilizan, siguen siendo sinónimo
de refinamiento y estatus. Eso sí, las joyas en la actualidad, son de uso
exclusivo de las mujeres. Los hombres dejaron de ocuparlas, ya que se consideran
algo exclusivo y propio de las mujeres.
Con respecto a las joyas en sí, estas pertenecen a dos categorías.
Las no metálicas y las metálicas. Las no metálicas, son las que se consideran
como piedras preciosas de manera exclusiva. Estas piedras son trabajadas por los
joyeros, puliéndolas y dándole forma, con lo cual les incrementan su valor
comercial. En pocas palabras, mejoran la materia prima.
Ahora, las metálicas, son aquellas hechas con metales
preciosos. O sea, con oro y plata. La segunda es medida por su ley, la cual debe
de ser de unos 925/1000 de proporción. Con respecto al oro, este se mide por
quilates. Entre más quilates, es más caro. Ya que aquello significa, que
contiene una mayor pureza. Pero con respecto a las joyas elaboradas con oro,
generalmente se utiliza el de 18 quilates, debido a un mejor manejo del mismo,
al ir creando las diversas piezas.