Los antidepresivos son medicamentos que actúan directamente
en los neurotransmisores, aumentando la disponibilidad de estos en el cerebro.
Lo que buscan es corregir el desequilibrio químico que ha provocado la
depresión. Estos van a actuar sobre el ánimo más que las emociones de un
determinado momento por lo que los resultados suelen no poder verse de manera
inmediata, si no que requieren tiempo para mostrar sus efectos. Además, estos
medicamentos suelen tener injerencia sólo en personas que sufren de depresión (y
no sobre alguien que se encuentre sano).
La función que cumplen relativa a los neurotransmisores se
produce por medio del aumento de los niveles de la noradrenalina, de la
serotonina o de ambos. Existen, fundamentalmente, dos tipos de antidepresivos:
los tricíclicos y los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS
o IRSS para su sigla en inglés).
Los tricíclicos como la amitriptilina, la imipramina, la
desipramina y la nortriptilina aumentan los niveles de noradrenalina y de la
serotonina en el cerebro, por lo tanto, tienen un efecto doble. A pesar de ser
bastante efectivos traen aparejados una serie de efectos secundarios que pueden
llegar a ser inaceptables por ciertas personas, como por ejemplo, boca seca,
visión borrosa, estreñimiento, dificultad al orinar, empeoramiento del glaucoma,
interrupción del pensamiento y cansancio. Estos antidepresivos también pueden
afectar la presión arterial y el pulso del corazón.
Los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina
funcionan exclusivamente sobre la serotonina. Estos pueden presentarse como
fluoxetina (el famoso Prozac), la paroxetina y la sertralina. Actualmente, a
pesar de tener menor efecto, son más utilizados que los tricíclicos por causar
menos efectos secundarios. Entre estos se cuentan, la disminución del apetito,
náuseas, nerviosismo, insomnio, dolores de cabeza y problemas sexuales. Las
personas que toman fluoxetina pueden sentir que no se pueden quedar sentados
tranquilamente. La ingesta de paroxetina puede producir sequedad en la boca y
cansancio. Las personas que toman sertralina pueden sufrir de diarrea.
Además, en el último tiempo, han surgido otros tipos de
antidepresivos efectivos y que reducen los efectos secundarios.
Paulatinamente, el paciente irá recobrando el apetito y
mejorando su capacidad de dormir. Lo seguirá un aumento de energía y, poco a
poco, irá retornando el interés en las cosas. Con el tiempo los sentimientos de
tristeza, desesperanza y culpa gradualmente disminuyen.
Generalmente, el tratamiento con antidepresivos toma entre
cuatro y nueve meses, en los que no hay que perder la confianza, ya que tienen
un 70 porciento de efectividad. Es importante no dejar de consumir los
medicamentos sin autorización del doctor, ya que aumenta el riesgo de una
recaída. Lo otros es que por lo general se combina este tratamiento con la
psicoterapia tradicional para los mejores resultados, atacando el problema desde
una perspectiva orgánica y también psicológica.