Un azulejo es una pieza de construcción de origen portugués,
del grupo de las baldosas cerámicas. Su nombre proviene del árabe “al zulayj”,
que significa “piedra pulida”. El azulejo es plano, delgado y con una de sus
caras vidriada. Es fabricado con materiales como arcilla, sílice, colorantes y
fundentes, entre otros. Los azulejos puede ser elementos muy decorativo, por lo
que se utiliza mucho para revestir paredes y pavimentar suelos.
El azulejo tiene su origen en Portugal, donde fue
introducido, en el siglo XVI, por los moros, que habían aprendido la artesanía
de los persas. Debido al origen de la palabra azulejo, se sabe que muchos tipos
de azulejos tienen una gran influencia de los árabes, tal como los de líneas
curvas vinculadas y los de motivos florales y geométricos. Fue en Sevilla,
España, donde se desarrolló la mayor industria de azulejos. Los primeros eran
vidriados con un único color y generalmente, adornados con patrones geométricos.
Eran usados en las murallas y para pavimentar los suelos y con el paso de los
siglos fueron usados ampliamente, incluso para adornar iglesias y monasterios.
Además, se desarrollaron técnicas para pintar directamente sobre los azulejos y
se hicieron grandes obras expuestas hoy en varios museos. Más tarde, el azulejo
se empieza a esparcir y se le comienza a dar más valor en construcción y no sólo
como un elemento decorativo.
Los azulejos, cada vez más utilizados en construcción, han
evolucionado mucho, especialmente, con respecto a su fabricación. Los que son
utilizados para revestir paredes son realizados con mayor porosidad para
permitir una mayor adherencia a la pared. Por el contrario, los que se utilizan
como pavimento, tienen muy bajo nivel de porosidad, con el objeto de impedir la
absorción del agua.
Una de las formas de fabricar un azulejo es la bicocción, en
el que el material prensado es sometido al fuego para formar el bizcocho. Luego,
se vuelve a cocer, pero esta vez con esmalte y se da el acabado final. La otra
opción es la monococción, en donde el esmalte se aplica inmediatamente a la
pasta cruda y luego se queman para dar el acabado. Mientras sean bien
controlados, ambos procesos producen buenos azulejos. En un comienzo, el más
utilizado era el de bicocción; sin embargo, actualmente el proceso de
monococción está ganando terreno por su ahorro de recursos, de tiempo y la
posibilidad de automatizar el sistema.
Los azulejos, junto otras baldosas cerámicas, poseen la
propiedad de ser impermeable. Además, es realizado con materiales de la tierra
como la arcilla, que con agua y una buena cocción, lo hacen una pieza muy
resistente y de calidad. Otra cualidad del azulejo es su facilidad de limpieza.
Su cara glaseada con esmalte cerámico no presenta adherencia, por lo que
cualquier suciedad se remueve muy fácilmente de ella. También previene la
humedad e impide la formación de hongos y gérmenes. Después de ser instalados,
los azulejos no necesitan mantenimiento y presenta una gran durabilidad por su
gran número de resistencias y su dureza. Además, no es combustible, por lo que
evita la propagación de los incendios.
En la actualidad, los azulejos se pueden apreciar tanto en su
función decorativa como en las construcciones. Muchas hermosas construcciones
antiguas revestidas de azulejos, aún se pueden observar, especialmente en países
como Portugal, España, Argentina y Uruguay, entre otros. Además, los azulejos se
están utilizando ampliamente en baños, cocinas, fachadas, espacios públicos,
etc.