El término es muy nuevo y no aparece en el Diccionario de la
Academia. Viene del inglés planetesimals y voy a especular al decir que la
palabra se pudo originar al unir las palabras planeta con infinitesimal, dando a
entender que son pedazos muy pequeños de un planeta. En las teorías para la
astronomía que explican
como se origina el Sistema Solar hay muchos aspectos que quedan un poco oscuros
sobre la formación de los planetas. Uno en particular es el que tiene que ver
con los centros líquidos de éstos. Casi todas estas teorías están de acuerdo con
el hecho de que el Sistema Solar se originó a partir de una nube de polvo más o
menos plana y que los planetas se forman de conglomerados de materiales de esta
nube.
Ahora bien si los planetas se formaron a partir de “polvo” que se
concentra por efecto de la gravedad se nos presenta un problema muy interesante.
El impacto de las pequeñísimas partículas de polvo al unirse no tienen la
suficiente energía para “calentar” los diversos materiales hasta el punto de
fundirlos y entonces no se formaría un núcleo líquido. Ahora bien si el planeta
se formara de pedazos de roca (planetesimales) atraídos igualmente por la
gravedad entonces el impacto de unas con otras sí tendría la energía suficiente
como para crear los núcleos líquidos. Entonces podría decirse que se forman
primero los planetesimales por efecto de la gravedad y que estos formarán luego
los protoplanetas y por fin los planetas.
Esto está bien sustentado si
observamos el cinturón de asteroides que hay entre Marte y Júpiter, podríamos
decir es un cinturón de planetesimales que no llegaron a formar el planeta y que
Ceres es un protoplaneta convertido en planeta enano. La pregunta natural sería
¿por qué los planetesimales no formaron en este caso un planeta? La respuesta es
Júpiter: la gravedad de este planeta hizo que no se pudieran formar
conglomerados de planetismales.
Algo semejante al efecto que tiene un niño al
saltar en una cama bien tendida y tensa, vamos a suponer que ese el espacio de
los asteroides y que los asteroides o planetesimales son canicas dispersas sobre
la cama. Si hundimos un poco la mano en la cama los planetesimales van a tender
a caer en ese “hueco de gravedad” por llamarlo así y entonces estamos simulando
la formación de un planeta. Pero el niño al saltar en la cama va a dispersar las
canicas, ese es Júpiter pasando cerca y produciendo un efecto de dispersión.
Esta teoría de los planetesimales ha recibido un golpe muy duro cuando hace
algunos años se pudo observar la formación de un planeta a partir de polvo en
una estrella a unos 300 años luz.