Los sueños son impresiones mentales, por lo
general, involuntarias, de imágenes o sensaciones, que se tienen mientras se duerme.
Los estudios científicos sugieren que la capacidad
de soñar es una sofisticación del sistema nervioso, capacidad
casi exclusiva de los mamíferos. Los sueños son algo así como un descanso
mejorado, o aprovechado con motivos que se piensa tienen relación con la simulación
de situaciones para potenciar la adaptación y para consolidar la memoria y otras
funciones cerebrales.
Cuando se duerme, se pasa por dos grandes estadios. Primero ocurre la
fase NREM o Sueño Sin Movimientos Oculares Rápidos. Fase con la cual, comenzamos
a dormir y a descansar. De manera posterior, se pasa a la fase REM o Sueño con
Movimientos Oculares Rápidos. Es en esta fase, donde se producen los sueños. Se
cree asimismo, que los sueños o la fase en donde se producen los sueños, sirve para
regenerar tejido cerebral, desgastado por el uso diario.
Pero con respecto a la historia de los sueños, estos han
base, para distintas especulaciones. Desde hace épocas remotas, los sueños han
sido sujetos de admiración y fascinación, para diversas culturas. Estas
culturas, en su mayoría, veían en los sueños, canales de comunicación con los
dioses. Los cuales por medio de los sueños, enviaban mensajes, sobre lo que se
debía realizar, frente a un tema específico o como premonición sobre un futuro
cercano. Esto ocurrió con la cultura babilónica y hebrea. De igual manera, los
griegos, concebían a los sueños, como herramientas para presagiar el futuro.
Para otras culturas orientales, como la de la India y otras,
los sueños siempre han sido mirados, como herramientas para perfeccionar el
alma. Asimismo, en los sueños, para estas culturas, se deslizan llaves las
cuales nos guiarán frente a posibles enfermedades, a manejar el entorno y superar
traumas. Los monjes tibetanos y otras culturas chamanicas hicieron uso extensivo
de la capacidad humana de penetrar en forma conciente el mundo onírico, para
realizar viajes interiores o chamánicos, realizando así toda clase de ejercicios
espirituales.
Pero con el pasar de los siglos, la interpretación de los
sueños, que para muchos son llaves para conocernos mejor, tomó un giro más científico. Esto
se debió, al estudio de los sueños, por parte de la psicología en el siglo XX.
Dentro de este campo, Sigmund Freud, jugó un papel
preponderante, con respecto al estudio de los sueños y la finalidad que estos
tenían.
Para el psicoanalista, los sueños eran los vasos conductores,
para que las emociones y recuerdos encerrados en el subconsciente, pudieran pasar hacia el
consciente. O sea, que al recordar los sueños, podemos analizar recuerdos o
emociones las cuales habían sido olvidados o negados por el consciente.
Asimismo, para Freud, los sueños eran una vía, para
poder llevar a cabo, aquellos deseos que permanecían reprimidos en las personas.
Principalmente, los de tipo sexual.
Incluso fue más allá. Para él, las pesadillas eran fruto, de
la ansiedad que producía el llevar a cabo aquellos deseos sexuales. Por ende,
ese era el camino, de cómo los sueños se transformaban en pesadillas.
Por ende, para el psicoanalista, los sueños son una forma, de
poder realizar aquellos deseos reprimidos. Asimismo, los sueños de las personas,
son y pueden ser interpretables. Ya que en el sueño, se da de manera disfrazada,
la realidad del deseo. Es así, como es que se debe de interpretar el sueño. Ya
que la persona de manera consciente, censura el deseo y por ende, este se nos
presenta de manera distorsionada en nuestros sueños.
También se usa hoy en día, darles a los sueños
una interpretación un poco más esotérica o relacionada con la astrológica.
Ya que cada elemento que
aparece en los sueños, algunos piensan, pueden ser interpretado, como algo que está ocurriendo u
ocurrirá. Es así, como de nuevo se vuelve a la idea, que los sueños son
premoniciones, escondidas en los significados de los mismos. Es así, como el soñar
con algún elemento de la naturaleza, puede llevar a distintas
interpretaciones. Lo mismo con animales, comida, matrimonio, colores, el estar
volando, etc.
En todo caso, dicen los expertos, la mejor persona para interpretar
los sueños es el propio soñador, ya que los símbolos presentes en los sueños, aunque
con un transfondo arquetípico o universal, son profundamente personales. El preguntarse
lo que significan las ocurrencias nocturnas en base a nuestras emociones y pensamientos
frente a las mismas puede develarnos el verdadero significado de los estos sueños
para nosotros mismos.