Douglas MacArthur nace en 1880 y muere en 1964. Su abuelo fue
un gran jurista y su padre un sobresaliente militar condecorado con la medalla
de honor del congreso por su participación en la guerra civil. Ante la figura de
MacArthur solo hay dos posturas: se le detesta o se le admira; sin términos
medios. Como hijo de un militar de la época le tocó viajar por todo el país, a
donde fuera enviado su padre y eso lo volvió algo distante de las personas,
además la fama de su abuelo y la de su propio padre también van a pesar en el
carácter del joven MacArthur. Excelente jinete y magnífico tirador (dice que
aprendió a hacerlo todavía antes de aprender a leer o escribir), le encantaba la
vida del campo y aunque le gustaba socializar, prefería la soledad.
No crean que
este tipo de personas odian los estudios, en la academia militar donde estudió
la secundaria obtuvo los más altos honores y en West Point se graduó con notas
tan altas que solo el General Robert E. Lee y otro alumno lo superan, muchos le
quitan mérito porque dicen que recibió ciertos privilegios por ser hijo de un
general condecorado, cosa que pongo en duda, porque en West Point tienen un
código de conducta bastante estricto y todos sabemos que ser el hijo de alguien
famoso más bien es un peso. Ya graduado sirve bajo el mando de su padre, que era
gobernador de Filipinas (por entonces era una posesión norteamericana) en
trabajos de ingeniería, luego en otras partes de los Estados Unidos y hasta en
Panamá, mientras hacía todo esto tuvo tiempo para graduarse como ingeniero y
luego es designado al servicio del Estado Mayor, donde le asignan varias
misiones, sobre todo destacó en una “misión de reconocimiento de largo alcance”
tras las lineas fronterizas mexicanas, según se dice tratando de capturar a
Pancho Villa y llevarlo a suelo norteamericano para juzgarlo por invadir el
territorio de Ohio.
Quisieron condecorarle por sus muy obvios méritos pero para
conseguir algunas de sus ya legendarias hazañas quebrantó algunas órdenes
directas y eso no se lo perdonaron, como castigo no le dieron la condecoración.
Douglas MacArthur fue jefe de estado mayor en Francia durante la Primera Guerra Mundial y se ganó
el afecto y la lealtad de las tropas porque se negó a comandar desde el
escritorio, lo hizo desde el mismo frente, al punto que fue herido en varias
ocasiones y empezó a padecer de una afección de los pulmones porque presionaba a
sus soldados a ponerse las máscaras anti gases ya que él no se ponía la suya
hasta que el último soldado se pusiera la suya.
Al final de la guerra tenía más
de doce condecoraciones de su gobierno sin contar las que los aliados le dieron.
Como era de esperar, después de la guerra, a MacArthur le fue difícil conservar su empleo en
el ejército y termina regresando a West Point como superintendente. Al igual que
Robert E. Lee, en su tiempo, realiza cambios sustanciales en el currículum, por
ejemplo introduce dos materias nuevas: arte y economía; renueva parte de la
infraestructura, sobre todo para modernizarla. Sirve en las Filipinas y regresa
para ser nombrado Major General, el más joven de la historia. Se casa, pero este
matrimonio no fue feliz y termina divorciándose. Es nombrado Jefe de Estado
Mayor del Ejército y le dan la cuarta estrella (de manera temporal). Lo
increíble es que en media recesión, con un exceso de reclutas, pues muchísimos
hombres no encontraban empleo y veían en el ejército una salida, se las ingenia
para lidiar con recortes del presupuesto realizando una división del ejército en
cuatro ejércitos lo que mejoró sustancialmente la eficiencia y disminuyó los
gastos administrativos.
De esta época es la famosa represión de los “Bonus Army”
un grupo enorme de personas que se asentó frente al congreso protestando porque
no se les pagaban los beneficios sociales de los veteranos de la primera guerra
mundial. McArthur recibe la orden del presidente Hoover de dispersarlos y él lo
hace de una manera que raya en lo brutal bajo la premisa de que “comunistas”
estaban actuado aparados en las necesidades de unos pocos veteranos y sus
familias. Cuando Franklin D. Roosevelt es nombrado presidente encuentra en
McArthur un aliado valioso y hasta un fiel amigo, ambos genios se llevan muy
bien, claro que el político sabía llevarle y hacía caso omiso a muchos de sus
defectos y si con algo podía contar Roosevelt era que ese hombre haría bien
cualquier trabajo que se le encomendara. Las Filipinas están alcanzando su
independencia y McArthur recibe la invitación de ayudar con la formación del
ejército filipino como asesor militar, acepta después de consultarlo con el
presidente y renuncia a su cargo partiendo para ese país. La facilidad con que
el presidente accede a dejarlo ir siempre fue mal interpretada, creo que fue más
presión de los asesores del presidente que su propia voluntad.
La Segunda Guerra
Mundial lo sorprende allí y cuando las tensiones con Japón llegan a su máximo Roosevelt lo llama para que reincorpore con el rango de Teniente General y le
asigna crear un plan de defensa para las Filipinas. A decir verdad, McArthur
nunca creyó necesario tal plan, repitiendo así el error que los asesores de
Roosevelt, porque creyó que Japón no levantaría armas contra Norteamericana y
menos contra Filipinas. Por otra parte tampoco contaba con el personal y
pertrechos para ello, si somos algo prácticos. Cuando Japón atacó a la flota del
Pacífico en Pearl Harbor el siguiente objetivo lógico era Filipinas, aún así él
creyó que no se produciría ningún ataque y lo pagó caro, poco tiempo después
tiene que trasladarse a las islas de Baatan y Corregidor donde trata de
resistir, con un éxito menguado. El presidente le obliga a salir de allí y
trasladarse a Australia, dejando a gran parte de las tropas en el camino. Se
cuenta que los japoneses casi logran atraparlo mientras se dirigía a embarcarse,
que en medio tiroteo se levantó y erguido como soldado de plomo se dirigió a un
soldado herido, tomó su arma y lo cubrió hasta que lo levantaron, sin ponerse a
cubierto, fue casi un milagro que no le dieran un tiro y la escena es
legendaria, hasta es reproducida en una película sobre su vida aunque en su
autobiografía parece que él la omite.
Se hace cargo de la fuerzas militares del
Pacífico, no sin tener constantes roces (en especial con la marina), organiza
una muy exitosa defensa de Australia para luego cumplir con la promesa que hizo
al salir de Filipinas y llegar a Australia: "I shall return" (Volveré). En
efecto organiza la contraofensiva y regresa a las Filipinas, con una pequeña
peca: no pudo echar a las fuerzas japonesas que establecieron una resistencia en
la selva (al estilo de guerrillas) que solo la orden del emperador japonés pudo
hacerles entregar las armas al terminar la guerra. La salud de Roosevelt se ha
visto minada y muere en las vísperas de las elecciones, su muerte se mantiene
oculta hasta conocer los resultados y Harry S. Truman como vicepresidente electo
es juramentado como nuevo presidente. Truman desconfiaba de McArthur y en lo
personal no le caía nada bien, además era correspondido de igual manera, siempre
he pensado que el peso de las opiniones de los asesores de Truman tuvieron mucho
que ver con esta enemistad y al parecer McArthur lo sabía y esto solo empeoraba
el concepto que tenía de Truman. Al rendirse Japón, después de los innecesarios
bombardeos atómicos, Truman se ve obligado a nombrar a McArthur como Comandante
Supremo de las Fuerzas Aliadas y Gobernador Militar de Japón.
Realiza esta tarea
con su eficiencia acostumbrada y cimentó la estructura de un Japón moderno y
democrático. A causa de la guerra de Corea lo nombran Comandante en Jefe de las
Fuerzas de las Naciones Unidas y hace que Corea del Norte se repliegue a las
fronteras que las Naciones Unidas habían establecido, pero vuelve a subestimar a
sus enemigos, China interviene y alarga la guerra con ataques masivos y de
guerrillas: una guerra de desgaste. McArthur encolerizado hace caso omiso de las
advertencias de Truman y hace una serie de declaraciones sobre la política del
país. Claro que fueron declaraciones duras y contrarias a lo que Truman estaba
haciendo y lo destituye del cargo. Creámen al decir que Truman llevó la peor
parte, la popularidad de McArthur era tal que las protestas fueron generalizadas
y a la larga le costaría la elección al presidente. McArthur se retira con una
frase muy significativa: "Los viejos soldados nunca mueren, ellos sólo se
desvanecen..."
No fue ese su caso; Douglas MacArthur intentó lanzarse para presidente pero
otro general, Dwight Eisenhower, tan famoso como él pero más popular le gana la
partida y decide retirarse de la vida pública. Sus últimos doce años de vida “se
desvanecen” principalmente por quebrantos de salud. Fue sin duda un genio
militar de los pocos que se pueden encontrar, un “hombre de armas” poco
comprendido, polémico, demasiado sincero, dispuesto a todo por sus amigos,
soldados y su país.