Nace en el año 100 y muere el año 44 A.C. Gaius Iulius Caesar
era su nombre latino que se suele traducir como Cayo Julio César, es el cuarto
con ese nombre de entre una de las más ilustres y antiguas familias romanas: la
“gens Julia”. Según una leyenda durante el parto el médico hace algo poco
habitual entre los romanos, pues creían que el cuerpo era sagrado y debía ir
inmaculado a la pira funeraria, abre el vientre de la madre y saca al niño, pues
el parto era tan difícil que temió por la vida de la madre y para su sorpresa el
niño también sobrevivió. Al menos es la primera cesárea de la que se tenga
noticia en el mundo occidental y recibe ese nombre por Julio César.
De su
infancia son pocos los detalles importantes que se conocen, crece con su madre y
dos hermanas, pronto tiene que dedicarse a la política pues su padre muere
relativamente joven. Al no contar con los recursos que otras familias tenían
opta por realizar un servicio público normal y asciende poco a poco, de vez en
cuando ayudado por algún pariente. Sin embargo Lucio Cornelio Sila, que por
entonces era el dictador de Roma, lo ve con malos ojos, tal vez por el hecho de
ser pariente de uno de sus enemigos y porque puede prever que tiene algo
diferente a los demás. Si he de ser sincero César había heredado de su madre una
muy notable inteligencia y el carácter diplomático y reservado de su padre.
Además contaba con cierto atractivo que hacía que el pueblo lo escuchara. Claro
que Sila tenía más que motivos para temer, pero no estaba en los cálculos de
César ser víctima de esos temores y se refugia en la corte de un rey amigo,
donde interviene como consejero muchas veces, hasta que muere Sila.
Ya en Roma
Julio César continúa con su carrera política y es enviado como gobernador a una de las
provincias de Hipania, muchos creen que en este tiempo él se instruye en la
estrategia militar, leyendo principalmente las crónicas de Aníbal y Alejandro
Magno además de muchos tratados de estrategia militar. También era escritor,
poeta y orador, desdichadamente son pocos los fragmentos que nos quedan de su
oratoria y poesía. En realidad nunca fue un genio militar pero conocía al
dedillo (por usar la expresión) toda la estrategia militar antigua y por tanto
al enfrentarse contra una formación en particular ya sabía como responder, sin
quitar la propias originalidades que tuvo, lo que desconcertaba a los generales
enemigos y se ganaba la confianza de sus soldados. Cuando regresa a Roma dos
grandes hombres están a punto de iniciar una guerra civil: Cneo Pompeyo Magno y
Marco Licinio Craso.
Ambos contaban con mucho poder y en la realidad tenían más
cosas en común que divergencias, pero su enemistad nace con toda probabilidad en
la guerra de los esclavos, liderada por el famoso Espartaco, que Pompeyo intentó
sofocar pero que casi le cuesta la vida y ¿adivinen quién logra sofocarla?:
Craso. Casi eran que enemigos jurados pero tenían algo en común además:
confiaban en Julio César, que en todo momento los aconsejó disuadiendo les a
enfrentarse para formar un gobierno conjunto, incluyéndolo a él y es lo que se
conoce como el primer Triunvirato de la historia (tres poderosos compartiendo el
gobierno). Se reparten las posesiones romanas y César parte a las Galias, donde
realiza una brillante campaña militar y anexa al imperio un gran provincia. Para
este instante el menor de sus soldados era un millonario, para que se den cuenta
de lo exitosa de su campaña. Se reúne con Craso y Pompello por última vez para
renovar la alianza y luego sale para Germania y Britania donde se fragua un plan
para levantar en armas a las Galias. Sofocadas estas rebeliones le impone un
tributo pequeño a los galos a cambio de que le den hombres para sus legiones.
Llegan varias noticias: la muerte de Craso, que el senado romano le ha dado
plenos poderes a Pompello y que le exigen entregar su ejército y que se quede en
sus provincias.
Por supuesto, no hizo caso e inicia una guerra civil, en dos
meses ha conquistado toda Italia (de algo sirvieron lo aguerridos galos), hace
que el cenado le entregue el poder y empieza a perseguir a Pompello. Victoria
tras victoria lo va arrinconando, Pompello solicita ayuda de Ptolomeo rey de
Egipto, que tiene a su vez un problema: su hermana y esposa Cleopatra reclama el
poder. Pompello es asesinado en Egipto, pues los consejeros del rey creyeron que
era demasiado peligroso ayudarlo, tomando en cuenta que César se dirigía hacia
allí para servir de mediador entre Ptolomeo y Cleopatra. Le entregan la cabeza a
César que lo ve como un insulto y hace castigar a todos los que participaron en
la muerte. Esto siempre ha dado que pensar a los historiadores, muchos creen que
vio en Pompello lo que le podría pasar a él, otros juzgaban que no lo quería
muerto porque en el fondo no solo fue un aliado, fue amigo y estaba casado con
una hija del mismo Julio César. Mediante una contienda corta resuelve el problema de
la sucesión del trono en favor de Cleopatra y sostiene un romance con ella, del
que nace un hijo al que llaman Cesarión. Regresa a Roma luego de varias
campañas.
A decir verdad César fue siempre muy clemente con sus enemigos, de
hecho a ninguno mandó a ajusticiar a no ser porque de verdad fuera necesario y
más bien les buscó puestos de gobierno importantes. Muchos se lo agradecieron
pero otros instigaron al punto que cuando regresa a Roma una gran parte le los
miembros del senado creen que va a proclamarse rey. Dentro de ellos está Cayo
Bruto, un noble sin rango pues es hijo natural de una amante de César, se cree
que el mismo César pensaba era su hijo, eso le cría en sus propia casa, pero
nunca lo reconoce, antes bien adopta con hijo a Augusto, un sobrino nieto, lo
que despierta los celos de Bruto con toda seguridad, además también ha
reconocido a Cesarión, por lo menos esos atestigua luego Marco Antonio
(lugarteniente de César). Cuando se dirigía a dar un discurso en el senado lo
apuñalan Bruto y un grupo de senadores dejándolo muerto mientras huían, pues
sabían que habrían prontas represalias. La frase “Tú también Bruto” se le
atribuye a César a verse apuñalado por su “protegido” y denota la admiración
ante la traición de alguien que es cercano.
Marco Antonio y Augusto organizan el
funeral y durante el mismo el primero da un discurso tan sentido que todos los
ciudadanos de Roma exigen la venganza. Augusto, que en el fondo está de parte
del senado les da la espalda y con Marco Antonio y Lépido forman un segundo
Triunvirato dando caza a los traidores en una nueva guerra civil. El legado de
Julio César trasciende su propia época. Noble de corazón, astuto al punto que nadie
conocía sus planes cabalmente, generoso, gran legislador, poeta y constructor,
si el pueblo le pedía un acueducto él lo financiaba de su bolsillo. Con todo se
le achaca el dar muerte a la República Romana, cuando en realidad lo único que
hizo fue formalizar lo que era un hecho, la República solo existía en papel y
puso los cimientos del Imperio que fundaría Augusto.